Hay negocios que por muchos años se han apoyado en el ocio, en esas noches en las que llega gente a disfrutar de un picoteo y estar con amigos. Esos bares y restaurantes que no solo atraen a los clientes de siempre, sino también a jóvenes universitarios que buscan un lugar donde pasarlo bien y estar a gusto.
Ese es el tipo de local que Raúl Fernández Vecino ha estado construyendo durante 35 años. Dueño del conocido bar Chelsy, en la calle Iturrama 20, ha llevado a cabo un importante cambio en su establecimiento y que ha sorprendido a muchos de sus clientes más habituales.
Este bar está cerca de otros muchos negocios de los que hemos hablado en esta sección de comercio local como son el nuevo bar ISPA Neo Taberna o la tienda de cómics y merchandising japonés Comics Pamplona.
Raúl Fernández ha dirigido Chelsy por casi 40 años y, recientemente, volvió a abrir después del descanso por vacaciones de verano. Pero su vuelta de las vacaciones ha venido con una sorpresa que los clientes no esperaban. "Decidimos darle un toque más moderno al local, quitar la madera y usar colores más claros. Una clienta que entró se tuvo que salir para comprobar que era nuestro bar", comenta Fernández.
"La reforma la hicimos un poco por fases. Todavía nos queda la tarea de personalizarlo más, pero veo que vamos en la dirección correcta. Tomamos un riesgo con la reforma porque podría haber salido mal, pero a la gente le ha gustado mucho el cambio y ha servido para conectar más a la clientela joven con la más mayor", continúa.
El bar Chelsy tuvo sus orígenes en 1986 y se asentó como uno de los bares de copas más populares de Pamplona. "Por la noche venían muchos estudiantes universitarios y siempre servimos platos combinados. Tuvimos también una época de hacer más pinchos, pero finalmente nos orientamos a cosas más tradicionales como las croquetas, el ajoarriero o la tortilla de patata", explica el dueño.
La tortilla de patata del bar Chelsy es de lo que más destaca el gerente ya que les ha llevado muy alto. "Durante unos cuantos años ya nos hemos presentado al concurso de la mejor tortilla de patatas de Navarra. El primer año no estrellamos, pero el segundo año lo ganamos. Después de ese nos volvimos a presentar, pero perdimos. Y este año lo volvimos a ganar en junio. Nosotros nos sentimos como referentes de sea lo que sea que hagas, hazlo bien", menciona Raúl Fernández.
Tras sus triunfos en el concurso a la mejor tortilla se animaron a probar suerte en otras competiciones. "Nosotros hemos ganado la semana del pincho dos veces, la semana de la cazuela dos veces también, al mejor pincho de bacalao. Eso nos llevó a ampliar la cocina mucho más. Ahora tiene el doble del tamaño que tenía cuando abrí por primera vez", prosigue.
Aunque Raúl Fernández lleva con el bar desde que se abrió, sus empleadas han ido cambiando con el tiempo. "Al principio estaba con otro socio, pero por circunstancias me quedé yo a cargo de todo. Luego las cocineras y camareras han ido y venido con los años, pero todavía hay algunas que llevan entre 8 y 14 años aquí", detalla.
En estos 35 años que lleva el Chelsy abierto, algo que no ha cambiado muchos de sus clientes. "Al ser un barrio, hay mucho cliente habitual. Aunque por nuestra dinámica de los concursos viene mucha gente de fuera como de Madrid. La gente vuelve por nuestro servicio y el trato que les damos. Somos honrados y creemos que con la constancia todo se puede lograr", añade el gerente.
Con la reforma ya finalizada, Raúl Fernández busca actualizar un poco más al bar Chelsy. "La decoración tiene un carácter más moderno ahora y al acabarla le sacamos unas cuantas fotos que publicamos en nuestra página web. La página estaba un poco muerta la verdad, pero quiero revivirla y trabajar un poco más con ella", finaliza el dueño.
