Fernando Cruz Mendoza es un hostelero peruano afincado en Navarra. Regenta uno de los restaurantes más populares de Navarra, La Posada de Sorauren, muy conocida por sus carnes a la brasa.
Desde hace sólo cinco meses, se ha lanzado a una nueva aventura empresarial, tomando el relevo del restaurante El Caserío de Baztán, en el polígono industrial Berroa (Tajonar). En él sigue apostando por la comida casera propia de la gastronomía tradicional navarra y ofrece un menú del día muy económico y que ha sido muy bien acogido por los clientes.
El espíritu emprendedor de este hostelero no se queda ahí. Tras el éxito de la Posada de Sorauren busca diversificar su negocio. Así que, además de tomar el relevo en El Caserío de Baztán, va a regentar la cafetería ubicada dentro del gran almacén de bricolaje Obramat, inaugurado el pasado 24 de abril.
Fernando recibe a Navarra.com dentro de El Caserío del Baztán, un restaurante que abrió sus puertas hace alrededor de seis años. Fue una familia natural de Baztán la que lo inauguró y lo diseño a su gusto. Concretamente, se trata de la familia Iturralde y Casanova.
Los miembros de esta familia quisieron llevar la esencia de su tierra, el Baztán, hasta el polígono Berroa. De esta forma, el local está decorado con ampliaciones de fotografías que recogen la belleza del paisaje baztanés. "Ahí está la cascada de Xorroxin", comenta Fernando mientras señala hacia una esquina.
Sin duda, lo más llamativo de la estética del establecimiento es un gran arco interior que reproduce parte de la fachada de un caserío. En dicha fachada, la familia Iturralde y Casanova imprimió sus escudos, dándole todavía más autenticidad.
El local está distribuido en dos plantas. En la primera se encuentra la zona de bar, con la barra y un espacio de comedor con gran cabida. En el piso superior hay otro comedor grande. "Está pensado para hacer celebraciones, como cumpleaños, comuniones o bodas. También lo utilizamos los días que se llena el comedor de abajo", especifica el hostelero. En el exterior hay una terraza.
Desde que tomó las riendas del restaurante El Caserío del Baztán, Fernando y su equipo han puesto los esfuerzos en ofrecer comida casera y de calidad a sus clientes. Sin duda, su principal aliciente es el menú del día. Cuesta sólo 13 euros e incluye un primero a elegir, un segundo a elegir, postre, pan y bebida.
"Me dedico a dar de comer a la gente y me gusta ofrecer la comida navarra de toda la vida", insiste. Y asegura que el menú del día es muy balanceado: "Incluye opciones con verdura, carne o pescado". Además, pone en valor que todo es casero, incluso los postres. "Aquí no hay nada congelado", apostilla.
En cuanto a la clientela, reconoce que la mayoría de las personas que se acercan a probar su menú son oficinistas. También algunos operarios de las empresas que se han instalado en el polígono.
Pero el fin de semana esos clientes no están porque el polígono pierde vida. Pese a eso, Fernando ha decidido abrir los sábados. Lo hace con una propuesta muy original que busca llegar a otros perfiles de cliente. "Los sábados la comida es con música en directo. Cada semana viene un grupo diferente y los estilos musicales son muy variados", detalla.
Además, para el sábado prepara un menú más elaborado, al precio de 36 euros. La propuesta gastronómica incluye una combinación de platos de la gastronomía tradicional navarra y la peruana. "Es una forma de hacer un guiño a mis orígenes y los del cocinero", comenta Fernando.
Y pone de relieve que "la comida peruana está adquiriendo mucho renombre en todos lados". El ceviche, por ejemplo, es una de esas comidas típicas de Perú que se pueden probar en el Caserío del Baztán los sábados.
Fernando se muestra contento porque los clientes aprueban su apuesta gastronómica. El entrecot del Baztán a la brasa es uno de los platos que están gustando mucho a los comensales. "También están pidiendo mucho como postre la piña flambeada con ron", indica.
Asegura que cuando arrancó al frente del negocio "todo estaba muy tranquilo". Por eso, le ilusiona ver cómo poco a poco va ganando más clientes. "Estamos con una media interesante para continuar y, sobre todo, ser sostenibles", agradece.
Hace cinco meses a Fernando le conquistó la idea de ponerse al frente del bar de un polígono. "El polígono Berroa es muy joven y tiene mucho futuro. Poco a poco se están abriendo muchas empresas. Le veía potencial y decidí aventurarme", explica. Y da las gracias por haber tomado esa decisión: "Para ser un polígono tan joven nos va muy bien".
Además de las comidas, en El Caserío del Baztán también ofrecen desayunos y almuerzos, por lo que durante todo el día hay un goteo constante de gente: "A las 7 horas, cuando abrimos viene mucha gente a desayunar antes de entrar al trabajo. Luego a las 10.30 llega el momento de los almuerzos. Y el grueso de las comidas lo damos entre las 13.30 y las 15 horas", desgrana.
En este establecimiento también se puede pedir la comida para llevar. "Preparamos también arroces de todo tipo por encargo", subraya Fernando.
Fernando y su equipo, formado por el chef Maikol, Aitziber, Tania y Ángela, se esfuerzan cada día para conseguir que todos sus clientes coman como si estuvieran en casa. "Comer como en el caserío. Ese es mi lema". Fernando resume de esta manera su propuesta para El Caserío del Baztán.
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