La Cámara de Comptos lo ha dicho con rotundidad: "La reactivación de las reglas fiscales limitará la política expansiva del gasto público de los últimos años". O lo que dicho de otra manera, significa un aviso en toda regla a la forma de presupuestar y gastar del gobierno de Chivite.
Y es que el órgano fiscalizador de las cuentas de Navarra ha emitido un informe en el que destaca la "buena evolución" de los indicadores económicos respecto a 2022, pero advierte el Ejecutivo foral de la necesidad de cambiar sus políticas de gasto público expansivo por la entrada en vigor de nuevo de las reglas fiscales y que por lo tanto, tendrá que aplicar recortes en su forma de gastar.
Según Comptos, el año pasado Navarra gastó 5.782 millones e ingresó 5.925 millones. Respecto al ejercicio anterior, el gasto aumentó un 3%, mientras que la cifra de ingresos se mantuvo prácticamente igual.
El capítulo de gasto más importante, con 2.300 millones, corresponde a las transferencias corrientes; las retribuciones del personal son el segundo capítulo, con 1.700 millones; y el gasto en bienes y servicios suma 900 millones.
Esto significa que Navarra destinó un 28% a pagar nóminas de sus funcionarios. O lo que es lo mismo, que una tercera parte de todo lo que se recauda se gasta en sostener la elefantiásica administración pública levantada por Chivite y Barkos en los últimos años. En concreto, Comptos explica que Navarra ha pasado de tener 24.000 empleados públicos a tener más de 32.000.
Por actividad, el gasto más importante corresponde a sanidad, con 1.400 millones. Educación supone 936 millones y el gasto del Convenio Económico con el Estado 912 millones. Resulta curioso, que habiendo crecido brutalmente el gasto en Sanidad, el gobierno de Chivite vaya a ser recordado como el ejecutivo que destrozó la sanidad pública navarra en apenas dos legislaturas.
Respecto a los ingresos, los impuestos directos suman 2.740 millones y los indirectos 2.400 millones. Entre los directos, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas supuso 2.100 millones, el de Sociedades 532 millones y el de Sucesiones y Donaciones casi 60 millones.
Por lo que respecta a los indirectos, el IVA supone 1.756 millones y los especiales (alcohol, hidrocarburos, tabaco) 524 millones.
El informe ofrece también datos sobre la ejecución de ingresos y gastos de los fondos Next Generation. En este sentido, el año pasado la Administración foral recibió 165 millones de los que gastó 114 millones.
Analizadas las cuentas, la Cámara de Comptos apunta algunas salvedades respecto a la opinión, tanto financiera como de legalidad. Son cuestiones relacionadas con la gestión contable, contratación y la justificación de creación de sociedades públicas, en concreto Bidean y Nafarbide.
Apunta también el informe el crecimiento de las subvenciones nominativas en los Presupuestos de Navarra, algo de lo que ya advirtió la Cámara de Comptos en el informe sobre las cuentas de 2022.
En el periodo 2015-2023, el gasto presupuestario de la Administración foral ha pasado de 3.900 millones a casi 5.800 millones, al tiempo que el número de empleados públicos aumentaba de 23.000 a 32.000. El informe destaca que "la reactivación de las reglas fiscales en materia de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera va a limitar la política expansiva del gasto público" de los últimos años.
El informe subraya la buena evolución de los indicadores económicos respecto a 2022. En este sentido, cita el saldo presupuestario no financiero, que pasa de 304 millones a 329 millones; el ahorro neto (ahorro descontada la carga financiera) ha aumentado notablemente, de 128 millones a 421 millones; en cuanto a la deuda, ha disminuido un 6%, situándose en 2.695 millones.
El informe también analiza la situación del personal, cuyo gasto aumentó un 8% respecto a 2022. A finales de 2023, la Administración foral tenía 32.500 empleados. Del total de empleados, algo más de 17.211 son fijos (53%) y 15.236 (47%) temporales. Respecto a 2022, la temporalidad ha disminuido en Educación y, sobre todo, en el Servicio Navarro de Salud.
En cuanto a las sociedades públicas, la Administración foral participa mayoritariamente en el capital de 19 empresas. En 2023 se han creado Bidean y Nafarbide, dedicadas al transporte sanitario y al mantenimiento y gestión de carreteras, respectivamente. El informe se refiere también a la creación del Instituto Navarro de Inversiones (INI) en 2022. En opinión de la Cámara de Comptos, su objeto social ya está previsto en la sociedad pública Sodena.
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