Tienen un problema: son altos. Un grupo de pamploneses se ha unido de la manera más espontánea posible en torno a un grupo de Wathsapp para reivindicar sus derechos como personas altas. Lo han denominado 'Altos de Iruña' y surgió a modo de broma pero a día de hoy son más de 300.
Todo surgió en la Cabalgata de Reyes Magos de Pamplona de 2020, antes de la pandemia. Nico López de Aguileta, que mide 1,90 de estatura, junto a su hermano, que mide 1,91 habían acudido con tiempo a coger sitio para ver pasar a sus majestades.
Tenían un envidiable sitio en primera fila, pero conforme se fue acercando la llegada de la comitiva y la zona se fue atestando de gente, comenzaron a sentir una sensación que les resultó familiar. "Empezamos a sentir golpes en la espalda de gente que había llegado más tarde que nosotros, pero que, debido a nuestra envergadura, no veían nada", cuenta.
"Nosotros entendimos la situación y dejamos pasar delante a los más pequeños", relata, "pero no dejamos de sentir la rabia y la impotencia de que gente adulta que había ido más tarde que nosotros, quisieran también ponerse delante, porque eran más bajos que nosotros", asegura.
Puede resultar anecdótico, pero fue el punto de partida de la creación de un grupo de Whatsapp al que invitaron también a un par de amigos de 'talla grande' con el único fin de poner de manifiesto los inconvenientes que en la vida diaria tiene ser alto.
Enseguida el grupo comenzó a expandirse y uno invitó a otro y otro a otro; y se convirtió en una masa de personas altas que se ha autorregulado desde hace tres años. "Al principio no había requisitos y podía participar cualquiera, pero poco a poco el grupo se ha ido dotando a si mismo de unas normas". Para pertenecer hay que medir más de 1,90 en el caso de los chicos y más de 1,75 en el caso de las chicas.
"Decimos que se autorreguló porque antes había personas de todo tipo, pero como sólo hablamos de temas que nos preocupan a los altos, se ve que los que no eran altos se fueron yendo", explica Nico.
Y es que los temas del grupo son básicamente de denuncia social y compañerismo. "Es un foro en el que cada uno cuenta los problemas del día a día con los que se ha topado por el simple hecho de ser alto".
Así, son temas estrella de conversación el escaso espacio del que disponen en cualquier transporte público, comenzando por la villavesa, donde ellos no caben entre asientos, continuando por cualquier autobús o tren y terminando por los aviones. "Vamos siempre con las rodillas pegadas al asiento de delante y prácticamente sin poder movernos".
Tampoco faltan las quejas sobre el tamaño de las camas en los hoteles. "Tenemos que estar pendientes de solicitar, si es que el hotel en cuestión las tiene, camas king size, porque es muy incómodo dormir con los pies colgando".
Otro problema recurrente es lo complicado que tienen poder acceder a ropa que les quede bien. "Algunas marcas hacen tallas grandes, pero a lo ancho, y parece que nadie ha pensado en los altos. Comprarse un pantalón puede ser una odisea, porque o nos quedan cortos, o nos quedan anchos. Definitivamente, la moda no está pensada para las personas altas", se lamenta. Y todo ello por no hablar del calzado. "No hay tiendas que traigan modelos del número 54, como calzamos alguno y lo normal es que nos tengamos que comprar todo por internet".
Por eso, aprovechan el grupo de Whatsapp no sólo para poner en común los problemas, sino también para prestarse soluciones. "Cuando alguien encuentra una tienda on-line nueva que tiene modelos grandes, enseguida lo sube al grupo", explica Nico.
También denuncian que "aunque hay límites máximos y mínimos establecidos a nivel de seguridad, hay cientos de edificios que no los respetan, especialmente en construcciones antiguas y alguno del grupo se ha llevado más de un coscorrón al pasar por las puertas", con las consiguientes risas de quienes presencian la escena.
Precisamente las risas y las frases hechas en alusión a los altos son también objeto de comentario en el grupo. Tienen un listado de lo más variopinto de cuestiones que les han dicho en alguna ocasión, como "¿Que tiempo hace por ahí arriba? ¿Frío?", "eres más largo que un día sin pan", "oye, alguna vez vas a parar de crecer?”, "pedazo de manos, a ver, a ver, ponla junto a la mía", “parece que llevas zancos”, "tú, para dar un beso a alguien tendrás que agacharte mucho, ¿no?", " vente a mi casa un día y me cambias las bombillas". Estas y mil frases más.
Pero entre todas, hay una que les molesta especialmente: "Cuando empiece el concierto te pones atrás". Y es que, como explica Nico, ser alto no implica estar bien de la vista y a nosotros nos gusta como al más bajito, ver delante los conciertos". Por esa regla de tres, los altos tendríamos que pagar menos, porque siempre acabamos en la última fila", se lamenta.
Hubo un tiempo en el que en el grupo de Whatsapp eran más de 350. Ahora son unos 325 y, aunque no todos conocen a todos, hacen quedadas para salir de juevincho por Pamplona y conocerse. Incluso han conseguido empatía en un bar del Casco Antiguo: el Soto del Prior, de la calle San Nicolás que ofrece un pequeño descuento a los miembros del grupo.
Marcha tan viento en popa el grupo que están dando pequeños pasos para constituirse en asociación. "Todavía no lo hemos hablado mucho, pero si sigue así, seguro que nos constituimos, pero antes queremos hacer unas pequeñas acciones reivindicativas. "Vamos a hacer unas pegatinas, para pegarlas en los sitios más altos y nadie llegue a quitarlas", anuncian en tono de broma. También han pensado en acudir todos al mismo concierto y ponerse todos en primera fila, incluso unos encima de otros, al menos durante una canción, para reivindicar que "también tenemos derecho".
