La Selva de Irati es un atractivo para los amantes de la naturaleza durante todo el año, su extenso bosque de hayedos y las vistas desde algunos lugares hacen que sea un lugar mágico. Existen diferentes rutas que se pueden realizar desde puntos de Navarra. En algunas ocasiones, y tras una larga excursión, apetece visitar algún pueblo y maravillarse con su entorno.
Un ejemplo es el municipio de Orbaiceta, situado en el Valle de Aezkoa y a 60 kilómetros de Pamplona. Se encuentra en una situación privilegiada, ya que es la antesala de la Selva de Irati.
Pasear sin prisas por las calles de Orbaiceta es un verdadero deleite. Numerosas entradas están adornadas con el escudo del Valle de Aezkoa, que muestra un jabalí debajo de un robusto roble. Como es común en la mayoría de los pueblos de la región, merece la pena detenerse en su iglesia.
Esta iglesia, dedicada a San Pedro Apóstol, es un ejemplar del gótico tardío del siglo XVI, y en su interior alberga un retablo barroco notable de 1706, donde destaca un antiguo escudo del valle tallado en madera, posiblemente el más antiguo de los alrededores.
Además, en el monte Azalegi, se encuentra la ermita de San Esteban, que fue reconstruida a mediados del siglo XX y que es un lugar de peregrinación cada 3 de agosto.
Después de disfrutar de la Selva de Irati y visitar Orbaiceta, hay un alojamiento que no debes pasar por alto por su entorno. La fusión de la cocina navarra y el espacio que le rodea convierte la estancia en una experiencia completa.
Se trata del Hostal Mendilatz, un lugar donde dejarse llevar por el ambiente del entorno que cuenta con una extensa zona ajardinada.
Podrás realizar diferentes rutas por el entorno. Una de ellas, según la página wikiloc, sale desde la Fábrica de Armas y llega hasta Mendilatz. Comienza dejando tu coche junto a la histórica Fábrica de Armas. Una pista señalizada con las marcas de la GR y un sendero local te guiará. Pronto, te adentrarás en un bosque mágico, ascendiendo por un sendero a la izquierda después de pasar un poste indicador.
La GR gira a la derecha, pero puedes optar por la ruta menos transitada, una senda a veces estrecha que te lleva a una pintoresca cabaña. Desde allí, continúa por el amplio camino de Azegi, disfrutando de un cómodo ascenso.
Para una experiencia más directa, abandona el camino cuando empiece a descender y asciende a Mendilatz a través del hayedo. La subida empinada te recompensará con vistas impresionantes desde el buzón cimero, al que llegarás sin dificultad a través de una canal.
Continúa por un sendero marcado hacia la segunda cima, esta vez en medio de un prado. El regreso sigue las señales verdes y blancas del sendero local, llevándote de vuelta al punto de inicio, la Fábrica de Armas.
Así, este paseo te llevará a través de un cuento de hadas otoñal, donde la Selva de Irati se convierte en el escenario de una aventura que recordarás.
