• domingo, 10 de noviembre de 2024
  • Actualizado 18:31
Pedro Calvo Hernando

Periodista y analista político.

Pedro Calvo Hernando

Los que se van

Muchas veces sucede que los que se van de este mundo ejercen un influjo inusitado en la vida de los pueblos, en ocasiones incluso con mayores dimensiones que los que siguen aquí.

Euskadi: vuelve el entendimiento

Menos mal que a la Gestora y al Gestor no se les ha ocurrido ponerles la zancadilla a los socialistas vascos en el asunto de su pacto de Gobierno con el PNV, aunque tengo la impresión de que se han quedado con ganas de hacerlo. 

Trump, Mariano y quien sea

La sombra del triunfante Donald Trump domina durante todos estos días el panorama mundial, incluido nuestro querido país, hasta el punto de que toda la actualidad política se contempla a través del prisma del vencedor del primer martes después del primer lunes.

¿Dónde están los que se reían de Mariano?

Como le ocurrirá al 90% de los españoles, me sigo preguntando cómo es posible que el PSOE haya acumulado ese caudal de errores y torpezas, algunas descomunales, que le han conducido a la situación que refleja el barómetro del CIS, con ese descenso a los infiernos del partido de no sé quién, pues vaya usted a saber con qué nombres podemos identificar ahora mismo al histórico partido fundado por Pablo Iglesias, el otro, hace ya camino del siglo y medio.

Pronto para ver el futuro, tarde para impedirlo

La Comisión Gestora del PSOE parece que no va a tener ninguna prisa por convocar el esperado Congreso del partido, con la evidente intención de que se diluyan las expectativas de Pedro Sánchez para la recuperación de la secretaría general.

¿Ahora esperanza?

El protagonismo mediático del PSOE en esta etapa produce asombro, y no el asombro de Damasco precisamente.

Preparados por si un castigo bíblico

Evitar las terceras elecciones, que es un hecho positivo, va a tener unos costes que seguramente no van a compensar esa positividad ni mucho menos. 

La ridícula pesadilla

A lo peor me equivoco, pero es como una pesadilla ridícula hacer de la dimisión de Sánchez y de la crisis del PSOE un monotema dramático nacional, dejando a un lado el comienzo de la trágica verbena de juicios por los casos más sonados de la simpar corrupción del PP.

Estoy avergonzado

Confieso a los lectores que siento mucha vergüenza al comenzar a darle al teclado, imagino que parecida vergüenza a la sentida por una mayoría de españoles ante el sinsentido de los partidos y de sus dirigentes, que parecen estar jugando al ajedrez sin tener ni idea sobre cómo se juega a eso.

Agradecimiento al lehendakari

A Íñigo Urkullu yo le daría el premio de mejor político español, que incluye inteligencia, sensatez y fidelidad a los intereses reales de las gentes. 

Dios no lo quiera

Acabo de hacer un ingenuo experimento de comprobación: echar un vistazo a mi última columna antes de tomar las vacaciones y, en efecto, compruebo que en este mes largo nada ha cambiado y que podría hoy repetir su publicación sin tener que corregir nada.