Un zapatazo de Facundo Roncaglia rompió la igualdad del choque de trenes en el centro del campo, en un partido con pocas ocasiones y que Osasuna apuntaló el cansancio rival
- martes, 16 de septiembre de 2025
- Actualizado 18:20
Un zapatazo de Facundo Roncaglia rompió la igualdad del choque de trenes en el centro del campo, en un partido con pocas ocasiones y que Osasuna apuntaló el cansancio rival
Vaya semana lleva Madrid. Desobedece, se enfrenta, no se cuida. Madrid como si fuera un ente único, cuando es mucho más. Manía con apropiarse de lo intemporal por aquellos que son temporales. Ese no es mi Madrid, ni el de muchos.
El Levante desnuda a Osasuna, que paga muy caro la falta de apoyo de su jugador número 12 y cae merecidamente en su regreso a El Sadar. Hay tiempo para rectificar.
Los dos equipos jugaron a lo mismo en la primera parte, pero los de Bordalás supieron dar un paso adelante después, mientras los de Arrasate carecieron de plan B.
El otro día escuché que se referían así a los niños que están padeciendo los efectos de la pandemia, y a los que han nacido en ella. Me parece fatal que además de amargarles la vida, les pongamos un nombre para que no se les olvide. No puede ser que sólo vivamos para el bicho.
En el Ramón de Carranza lee, hasta quien no quiere, que “quien está contra el Cádiz, está contra la humanidad”. Pues, eso. Osasuna, ganó merecidamente “contra la humanidad”
Y yo pensando que parar en verano era buena idea porque pasaban pocas cosas, pues menos mal. Lo cierto es que todo el revuelo de verano vuelve en septiembre y estamos igual que en junio, decidiendo entre la bolsa o la vida. O igual es que esa es la única decisión. Bienvenidos de nuevo.
Crítica del concierto ofrecido el domingo 30 de agosto en el auditorio de Baluarte por Chano Domínguez, dentro del ciclo de conciertos de Flamenco on Fire.
Crítica del concierto ofrecido el viernes 28 de agosto en el auditorio de Baluarte por Farruquito, dentro del ciclo de conciertos de Flamenco on Fire.
En la despedida de la temporada lo de menos era el partido en juego. Lo importante es felicitar por una temporada imposible de imaginar así, de sobresaliente, en la primera mitad de la tabla, con los mejores.
“Cuando nos relajamos, somos muy malos”, dice el clásico proverbio del osasunismo. Afortunadamente, hubo reacción y remontada al gol celeste a base de señas de identidad.
El partido contra el Betis desnuda lo poco que refleja esta mini temporada lo que realmente es vivir el fútbol.
Partido calcado al de la primera vuelta, con doscientas pérdidas de balón y 40 faltas, juegotrabado y sin tiros a puerta. Osasuna neutralizó al Getafe y viceversa.
Cuatro de julio y es la antevíspera de nada. Se hace difícil escribir los días en los que esta anormalidad persistente no permite ni la esperanza de la alegría. No es cierto que la esperanza sea lo último que se pierde. Una vez perdida quedan todavía la confianza y la actitud.
Retire las subvenciones a las peñas que del asesino y del asesinato hacen proselitismo y homenaje. No espere ni un segundo más. Son demasiados años comprobando como el dinero público se destina a la exaltación de la bestialidad.
Tres golazos pusieron la chispa a un partido marcado por el juego práctico de Osasuna y la necesidad del Leganés, y que asegura la continuidad rojilla en Primera.
Cada vez que oigo juzgar con ojos de hoy a los ojos de ayer, me viene a la cabeza aquello de “nuevos ricos del saber”, que decía la directora de mi colegio y que les he comentado alguna vez. No sabía yo que al ventajismo también se le pudiera llamar ventajismo.
En la nueva normalidad ya tenemos aquí el tradicional tormentón de verano en Pamplona. No hemos aprendido nada...
Los rojillos dejaron prácticamente sellada la permanencia en Mendizorroza en un partido reñido con el fútbol, con un único tiro a puerta en todo el partido, el del gol, y ni una sola parada de un guardameta.
Con el mismo once y teórico planteamiento de Anoeta el comportamiento quedó muy lejos en la primera parte, y después, al Osasuna más clásico de Jagoba, se le acumuló su mayor carencia, la falta de gol.
Me fascinan esos procesos propios de atención por los que atendemos a unas señales y a otras no, sobre todo cuando ignoramos las señales que nos cuestionan lo importante.
La revolución en el once no funcionó, ni siquiera mostró sus intenciones. Los colchoneros tomaron la iniciativa desde el inicio y humillaron a los rojillos.
La primera parte fue de Osasuna, y también un buen tramo de la segunda, que terminó con la Real acorralada. De todas formas, el empate es bueno, sobre todo por las sensaciones que deja.
Otra semana de despedidas antes de tiempo, y no puedo dejar de pensar en lo que nos gusta reconocer a posteriori, en cómo algunas muertes nos impactan y nos hacen reflexionar. También pienso en lo pronto que se nos olvidan esas reflexiones.
Ojalá no perder la compostura y no hacer ruido, ni el ridículo, como la Pasionaria, cuando toque decir adiós.
Es una teoría de la comunicación de finales de los 70 que habla de cómo condiciona e influye la opinión pública sobre los individuos, sobre cómo se priorizan unos temas y se ocultan otros, y sobre la presión de opinar contra lo que se supone como bueno. Ciencia ficción, vamos…