- sábado, 28 de junio de 2025
- Actualizado 18:46
“Todos los años, el día que los borrokas celebraban el Ospa Eguna, metíamos a nuestros hijos en un sótano del cuartel, les decíamos que íbamos a organizar una fiesta y poníamos la música a tope para que nuestros pequeños no escuchasen los gritos y amenazas que proferían contra nosotros”.
Dos meses después de la agresión a dos guardias giviles y a sus novias, el pueblo de Alsasua sigue siendo un polvorín. Nuestros reporteros se han desplazado hasta allí y se han encontrado con un ambiente irrespirable. En una de las tabernas, un reportero del programa de Ana Rosa ha sido amenazado tras confundirle con un guardia civil.