Los cinco sevillanos están acusados de cinco delitos de agresión sexual y de un delito de robo con violencia, aunque puede recurrir aún esta nueva decisión.
El nuevo letrado fue condenado a ocho meses de prisión por un delito de tenencia ilícita de armas cuando era miembro de la formación ultraderechista Fuerza Nueva.
Los investigadores concluyen que los cinco sevillanos trataban de ir al Hotel Yoldi cuando metieron por la fuerza a la chica en el portal de Paulino Caballero.
Uno de los abogados de los cinco chicos sevillanos asegura que esta versión ratifica que todo fue consentido y desmonta la tesis de la agresión sexual.
Un vigilante relata dos meses después que cinco chicos de acento andaluz le pidieron entrar al hotel "para follar". La chica iba con ellos, pero no habló.
Esto es lo que ocurrió en la madrugada del 7 de julio en Pamplona: el relato según los informes policiales, la denuncia de la chica y el auto del juez.
Los cinco presuntos agresores, naturales de Sevilla, continúan en prisión provisional, encausados por delitos de agresión sexual y robo con violencia o intimidación.
El grupo de mensajes de los arrestados se llamaba “Manada” y en él respondieron los amigos ausentes al conocer lo que hicieron: “Cabrones, os envidio”.
Los magistrados confirman la existencia de indicios de la participación de los cinco en los delitos de agresión sexual y robo con violencia o intimidación
Ha sido una de las grandes noticias de las pasadas fiestas. Cinco hombres violan- o no- a una mujer. Como la causa se encuentra sub iúdice hagamos un ejercicio de abstracción. ¿De acuerdo? ¡Fue consentido!
Resulta contradictorio pretender ejercer la acción penal en defensa de las mujeres y reclamar 60.430 euros a un joven que dio un puñetazo a un hombre que estaba abusando sexualmente de su novia
La hija de la víctima sorprendió a su marido, de 82 años, junto de su madre, que llevaba el pelo alborotado y el pañal descolocado, además de moratones.
La Audiencia de Navarra impone por segunda vez la misma pena por los hechos y destacan la presencia de ADN del acusado hallado en el interior de la víctima.