Alfonso Artazcoz Viana es el actual dueño de la tienda de ropa de moda hombre que lleva su apellido. Pertenece a la tercera generación de la familia, desde que su abuelo Epifanio Artazcoz Lizasoain se estableció como sastre en un local de la calle Campana.
La tienda Artazcoz está situada en la calle Mayor 5 del casco viejo de Pamplona. Está muy cerca de otros establecimientos que hemos conocido en esta sección de comercio local, como Deportes Zariquiegui o La Zapatillera en la misma calle Mayor de la ciudad.
El hijo de Epifanio, Pedro Artazcoz Loperena, siguió la estela de su padre junto a su hermano Ceferino. El negocio se amplió con modistas y sastres, con los que la familia hizo una nueva mudanza en 1957.
Los orígenes están en 1918 como sastrería en el segundo piso del número 2 de la calle Campana y más tarde en 1924 en el número 23 de la calle Mayor, de forma que este año 2024 cumple el centenario. En la fachada de la tienda señalan con un cartel el año 1924 como el año del nacimiento: 'Artazcoz... desde 1924'.
El pamplonés Alfonso Artazcoz llegó a la tienda en el año 1989 y sigue adelante a sus 56 años: "Primero era sastrería y cuando entré yo empecé a hacer confección. Mantengo la sastrería industrial de enero a abril con las bodas y aún me quedan unos años para jubilarme".
"Es un orgullo alcanzar los cien años, pero luchando mucho tal y como están los tiempos. En 1924 hizo una reforma Víctor Eusa como zapatería. Otra reforma hubo en 1992 y una tercera se hizo hace tres años para dar mucha luz, que invita a entrar a personas jóvenes y mayores. Se puede vestir a mucha gente de Pamplona".
La competencia cada vez es más dura: "Hay que luchar con el tema de las ventas por internet y los centros comerciales". No hay relevo familiar "tal y como están las condiciones en estos momentos".
Pese a todo se defienden: "Llevo 38 años y de esto comemos. Además, mi mujer también trabaja. Dar sí que da el negocio, pero tiene sus más y sus menos. El trato personal es lo que nos distingue", asegura Alfonso.
Artazcoz asegura que los clientes son de toda la vida: "Algunas familias vienen tanto el abuelo como el padre y el hijo. Estamos especializados en trajes de primavera y ahora estoy muy especializado en chaquetones y abrigos".
En cuanto al futuro del comercio local, asegura: "Lo tenemos duro. Se cierran muchas bajeras y las que abren duran poco. Como no nos ayuden las instituciones lo tenemos complicado. Lo peor es que no hay relevo generacional".
En cuanto a la peatonalización del Casco Viejo, asegura: "Debían haber hecho unos aparcamientos en la Rochapea y poner autobuses directos al centro. Está mal para venir al centro en coche. Pasa mucha gente pero los de los barrios no vienen. Cogen el coche y se van a los centros comerciales".
"Pamplona no debería tener tanto centro comercial. El comercio local está desapareciendo y es una pena porque da mucha vida a las ciudades", concluye Alfonso Artazcoz, quien asegura que hay cosas en la tienda que no puede tocar al estar protegido en el Plan Municipal.
El interior del establecimiento figura en el catálogo del Plan Municipal de Pamplona protegido con un grado 3. Se trata de un espacio único dividido con “muros diafragma de dintel quebrado”. “Entre sus jambas se apoyan los muebles y elementos de exposición y almacenaje. El techo escalonado sigue el perfil de los dinteles”, indica.
También destaca que los recercados de madera, el mobiliario del establecimiento y los apliques de iluminación son de un “depurado gusto Déco que responde a una de las más interesantes etapas profesionales de Víctor Eusa”.
