En una zona cercana a Pamplona, pero con a penas dos negocios, se ha asentado un bar que llega para dar respiro a los cientos de vecinos de la zona. El Bar Biguri ofrece desde el jueves 25 de enero una carta variada en la Avenida Mugartea, entre Mutilva y el barrio de Mendillorri.
El artífice de este nuevo proyecto es el guipuzcoano Néstor Arosa, de Eibar y que cuenta con una larga trayectoria en el mundo de la hostelería. Con 19 años ya montó un negocio en su ciudad natal y desde entonces, fue formándose en otros lugares.
Llegó a trabajar con Juan Carlos Ferrero, el ex tenista que cuenta con un hotel. "Llegamos a conseguir la estrella Michelín", apunta Néstor Arosa. También, trabajó en Valencia y en Barcelona en el barrio del Raval, pero cogió un avión y se fue a Perú durante 4 años donde estuvo con el conocido cocinero peruano Gastón Acurio. "Llevaba dos hoteles pero en una zona de temporada. Me fui a Ecuador y conseguimos montar un hotel, pero tuve que volver por un problema familiar".
No obstante, antes de contar con esta larga trayectoria, la pasión por la cocina y la hostelería le llegó de pequeño. "Mis dos abuelas eran cocineras profesionales. Una de ellas tenía en San Sebastián de los Reyes el Jai Alai y otra fue jefa de cocina en la Embajada de París", relata.
Así las cosas Nésor no ha querido parar en este mundo y de casualidad, apareció el local de Mugartea y le encantó a Néstor. "Me apetecía un sitio así nuevo, nunca había empezado tan de cero y de por aquí solo conocía la zona de Mutilva", detalla.
Por el momento están empezando y no tienen una línea definida, pero cuentan con una amplia carta variada gracias al personal del restaurante donde cada uno aporta sus propias experiencias. Por ejemplo, cuentan con una cocinera especialista en Ramen, el plato típico asiático que está tan de moda.
Lo que sí tienen claro en el Bar Biguri es el cariño hacia la elaboración de los platos. "Lo hacemos todo nosotros, las salsas, ingredientes, todo es fresco y de la mayor calidad".
En el Bar Biguri cuentan con una carta más informal de picoteo como patatas bravas con el toque especial del bar u otras novedades como los 'Iguana eggs' con aguacate, KakiKama y reducción de naranja. Entre los principales, además del ramen, el Curry Pad Thai con salsa de curry casera está triunfando.
También cuentan con carnes y pescados como medallón de solomillo de cerdo envuelto en papada pio negro mascarada o pulpo a la parrilla biguri. "Ahora hemos disparado en varias direcciones, ya hemos cambiado la carta un par de veces".
Para los vecinos de la zona ha sido un alivio la apertura de este bar, no solo por tener un lugar donde relajarse y comer bien. "Mi idea era hacer un restaurante puro, pero al estar solos nos vemos forzados a tener cafetería también con pinchos. Abrimos de 10 a 23 horas y los platos de picoteo se pueden pedir a cualquier hora", explica. Incluso, se pueden comprar barras de pan y están pensando en tener arroz o aceite como hacían antiguamente.
Esperan también contar con una terraza cuando consigan la licencia, pero mientras tanto, en el interior cuenta con varias mesas para podemos consumir sin problema. "Dejamos también entrar a perros dentro del local".
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