La pastelería Lizar de Estella destaca por la calidad de sus productos artesanos, que son muy valorados por los clientes en los apenas cuatro años que lleva abierta en la Plaza de la Coronación 4 de la ciudad del Ega.
Es una establecimiento que está muy cerca de otros que han sido noticia en esta sección de comercio local, como es el caso del bar Amaya que ha reabierto recientemente en la misma Plaza de la Coronación.
Además, Estella es una ciudad que ofrece a sus vecinos y visitantes un buen número de pastelerías de gran nivel, como es el caso de la Mayorquina en la calle Mayor, la centenaria Ángela en la Plaza de los Fueros o Bombones Torres de Pachi Torres Pérez.
En el caso de la pastelería Lizar, el dueño es Víctor Pascual Miranda de 44 años, natural de Abárzuza, y su mujer Itziar Fernández, que llevan cinco años al frente del negocio en la Plaza de la Coronación, aunque lleva más de treinta en el mundo de la pastelería.
"No somos de los más antiguos en el sector aquí en la ciudad. Proponemos cosas nuevas. Siempre estamos con las nuevas tendencias. A la gente le gusta probar cosas nuevas y diferentes, aunque también tenemos cosas clásicas", asegura.
"Tenemos la nueva variedad de pasteles como las mousses que a la gente le gusta mucho probar. En cuanto a pastas tenemos una selección muy diferente y artesana que está gustando muchísimo, y las nuevas propuestas como el New York Roll, el flat croissant o el cookie croissant", indica Víctor.
Es una pastelería que no trabaja un producto muy conocido en la ciudad del Ega, como es la alpargata: "Entendemos que la alpargata es historia de la pastelería de Estella, pero nosotros no la trabajamos. No es nuestra competencia", afirma Víctor.
La situación de la pastelería en la Plaza de la Coronación es todo un lujo: "Es un lugar privilegiado. Es una zona de paso con los parkings subterráneos y desde que se ha convertido en peatonal la afluencia es mayor".
La pastelería dispone de varias mesas en el exterior: "Tenemos una terraza que nos da muchísima vida. Sobre todo por la mañana, que es el momento más fresco del día y cuando más afluencia tenemos", junto a otras terrazas cercanas como la del bar Amaya.
Desde que abrieron hace cinco años, las expectativas se han cumplido: "Hemos ido poco a poco, sobre todo manteniendo la calidad. La gente ha ido probando y le gusta. Lo bonito de un sitio es que haya distintas opciones para el que le apetezca un pastel diferente tenga esa opción", explica el gerente del negocio.
Víctor tiene mucha experiencia en el sector de la pastelería: "Me formé durante tres años en Barcelona y en otras escuelas de España. Siempre he trabajado en los mismo para otras personas en Pamplona y en otras localidades, hasta que decidí emprender por mi cuenta", concluye Víctor.
