Las pesquisas policiales apuntaron a un posible ajuste de cuentas, ya que la víctima sería la matriarca de un clan dedicado supuestamente a la venta de droga.
Tras un forcejeo, el hombre le clavó el cuchillo "hasta en siete ocasiones" y, finalmente, le asestó otras dos cuchilladas en el cuello, una de las cuales le seccionó la yugular.
Fermín Garcés Hualde era camionero en 1968. Se enfrentó desarmado a los etarras que asesinaron al primer guardia civil, José Pardines Arcay y pudo cumplir su sueño de ser Guardia Civil.
La letrada ha indicado que "no ha querido declarar, por lo que no hemos podido escuchar su versión", aunque "sobradamente tenemos pruebas que tienen mucho peso".
El condenado engañó a la víctima, aprovechándose de su escasa formación y la depresión que sufría, para quedarse con las ayudas económicas tras la muerte de su madre.
Los dos hermanos acusados del triple crimen de Cáseda han asegurado que no tuvieron ninguna participación en los disparos ni alentaron a su padre a hacerlo.
Baluarte acoge este martes por la tarde la segunda sesión del festival, que a lo largo de seis jornadas es punto de encuentro de amantes del género negro.
El crimen pudo tener su origen en el fin de la relación. Tras el asesinato, el hombre huyó a Zaragoza, donde finalmente fue detenido bajo una identidad falsa.
Debido a las restricciones, este acto en su memoria se ha celebrado con la asistencia únicamente de familiares y representantes institucionales al cementerio de San José.
Esta pena, que se aprobó como parte de la Ley de Seguridad Ciudadana está sujeta a revisiones que pueden derivar en que el condenado recupere la libertad
El Gobierno de España ha expresado su agradecimiento a las autoridades de Burkina Faso y al trabajo realizado por los agentes de Centro Nacional de Inteligencia.
La primera liquidación de su condena fijaba su libertad en marzo de 2021, pero el antiguo jefe de la banda terrorista la recurrió y este viernes ha abandonado la cárcel.
Los acusados, impulsados por sus ideas, decidieron que para protegerles del asedio debían darles un baño purificador de sus almas, terminar con sus vidas y enviarlos al más allá para que pudieran revivir.
El Gobierno de Navarra mantuvo un silencio absoluto y ni la dirección de Paz y Convivencia fue capaz de tener un mínimo recuerdo en el aniversario del crimen.