La huelga feminista convocada por los sindicatos ELA, LAB, STEILAS, ESK, EHNE, ETXALDE y CGT para este jueves 30 de noviembre ha provocado el caos y la indignación de los usuarios del Transporte Comarcal en Pamplona y retrasos en la aplicación de los servicios mínimos decretados por la empresa y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona.
Según estaba previsto, dichos servicios mínimos deberían ser del 60% en hora punta, es decir, de 6:30 a 9:30 de la mañana, pero la presencia de piquetes ha retrasado deliberadamente el arranque del servicio provocando que los primeros autobuses comenzaran a circular mucho más tarde de lo habitual.
Docenas de trabajadores y conductores de las villavesas que querían comenzar el servicio cumpliendo lo normativa han sido obligados a esperar en las cocheras de Ezcaba hasta que los piquetes se han retirado de los accesos.
Dichos piquetes, sentados en el suelo y portando banderas de sus sindicatos, bloqueaban la salida de las villavesas de manera deliberada a los trabajadores que pretendían cumplir con su obligación.
Entretanto, los ciudadanos, ajenos a esta situación, aguardaban en las paradas las llegadas de unos autobuses que se demoraban en exceso causando que muchos usuarios hayan llegado tarde a sus puestos de trabajo, lo cual que era el objetivo de los huelguistas.
Los nervios y la indignación en las paradas de villavesa eran latentes. Muchos han optado por irse a pie a trabajar; otros por hacer uso, a pesar de la lluvia que caía en ese momento sobre la capital, por hacer uso del servicio de bicicletas eléctricas del Ayuntamiento de Pamplona.
Otros, residentes en las localidades de la Comarca de Pamplona, trataban sin éxito de conseguir un taxi. Finalmente, los autobuses han comenzado a funcionar sobre las 7:00 de la mañana, con más de media hora de retraso, recogiendo viajeros y llenando las villavesas hasta los topes.
