Los delincuentes empleaban furgonetas de alquiler y vehículos particulares para desplazarse, utilizando estos últimos como lanzaderas para alertar sobre posibles controles.
Al ser hora punta, centenares de vehículos se han visto atrapados en un monumental atasco que, pasadas las 8:30 de la mañana superaba los 4 kilómetros.