- jueves, 25 de diciembre de 2025
- Actualizado 08:51
La tercera temporada de El Ministerio del Tiempo promete aventuras y más viajes por la Historia de España. Alfred Hitchcock, Gustavo Adolfo Bécquer, Goya, Felipe III, Lope de Vega, Cervantes, Godoy, Buñuel, el Duque de Lerma, Simón Bolívar... son algunos de los personajes que aparecerán en ella. Asimismo, habrá misiones relacionadas con el cine, la Segunda Guerra Mundial o historias de toque sobrenatural
La afluencia de turistas a nuestro país empieza a ser un problema, un problema grave. No para los hoteleros o restauradores para quienes se han convertido en la gallina de los huevos de oro pero sí para los ayuntamientos y para los residentes que ven, vemos, cómo de la noche a la mañana nuestras calles, nuestros barrios cambian de fisonomía, de olor y color, debido a la llegada masiva de gentes de todo pelaje.
El asunto, con ser grave, no es que el nuevo titular de la Dirección General de Tráfico, Gregorio Serrano, pretendiera apalancarse un piso de la Guardia Civil en Madrid so capa de una misteriosa permuta o trueque, ni tampoco que para que el amplio y céntrico pabellón estuviera a la altura de su nuevo inquilino, se empleara la friolera de 50.000 euros de dinero público para su reforma.
Tanto entre nuestros primos primates más cercanos, chimpancés y gorilas, como entre los predadores más y mejor estructurados socialmente y con quien establecimos vínculos de alianza paleolítica, los lobos, origen de todos los perros actuales, la lucha por la jerarquía en la manada se salda de tres maneras
No se ponen de acuerdo. El grupo de expertos creado por el Ministerio de Empleo, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras y las patronales CEOE y Cepyme tenía como misión analizar la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo que ordenaba a España equiparar la indemnización de los trabajadores interinos con la que reciben los que tienen un contrato indefinido.
Se está repitiendo hasta la saciedad que los desbarajustes "desorden y confusión" según la RAE) que hoy vive Podemos -y el propio PSOE- es un problema de simple liderazgo personal, de nombres y no de ideas, de celos, de traiciones, de bisoñez, esas cosas que pasan cuando uno atraviesa en un abrir y cerrar de ojos la inquietante y delicada frontera que separa la infancia y de la adolescencia.