- sábado, 10 de mayo de 2025
- Actualizado 08:18
Si nos creíamos que en Navarra estamos libres de la polémica de Facebook en estas últimas semanas es que desconocemos lo global que puede llegar a ser el asunto. Ahora mismo, también en territorio foral, el poder de la comunicación ya no está en los medios comunicaciones tradicionales, está en Internet y, por supuesto en Facebook. Un poder brutal que enerva a algunos, también a los nuestros.
El Parlamento de Navarra ha celebrado este martes un encuentro entre el alumnado de varios centros educativos y representantes políticos, organizado por la ONGD Alboan, con motivo del proyecto educativo “Más allá de las fronteras” para trabajar el tema de la migración y los refugiados.
Probablemente por lo madura que ya está la legislatura, o tal vez por el nerviosismo al quedar tan solo un año, los diferentes grupos del parlamento están empezando a copiar iniciativas sin pudor alguno, moda a la que suma el Gobierno de Navarra sin que se le ponga la cara ni un ápice del color bermellón. Una cuestión nada banal que debe de ponernos en alerta de la poca capacidad innovadora de quienes nos gobiernan y de quienes supuestamente aspiran a hacerlo.
Puede que nos mostremos satisfechos y tranquilos ante el avance de Navarra en aspectos de industria, empresa y sociedad. Es verdad que a cortísimo y corto plazo las cosas no pintan mal. Sin embargo, no nos estamos preparando para el futuro en condiciones, y así lo atestigua el Parlamento de Navarra, que pasa de las iniciativas que versan sobre Industria 4.0, Inteligencia Artificial, Digitalización, Ciencia y todo lo que tienen ver con labrarnos un futuro en condiciones. Por nosotros que no quede, si que quedará en el diario de sesiones, en el debe de este Gobierno y, lo que es lamenatable, en el futuro hipotecado de Navarra.
Los discursos encorsetados y preparados 'desde casa', que a medida que se agota la legislatura van in crescendo, hacen que no se escuche ni se responda al debate, con cada parlamentario soltando su texto, muchas veces fuera de todo contexto, pareciéndose el Parlamento, a veces, al juego del teléfono estropeado. Las comisiones, comparecencias, plenos y sesiones de trabajo hay que preparalas, pero entiendo que se empobrece su función si somos incapaces de cambiar ni una sola letra.