Pablo Iglesias que se creía el rey, el irreemplazable ideólogo de la revolución -ya no hace falta ni que esté en las cosas del día a día, tan prosaicas y aburridas, que desde mi trono aquí arriba lo controlo todo-, ha muerto. Ay, pardillo con coleta, que creías que después de engatusar a cuatro jovencitas podías hacer lo mismo con las maduritas, regalándole con tu dedo de señoro designador, para ver si tocabas pelo, la candidatura a presidenta por Podemos.
Los portavoces parlamentarios de PSN, Geroa Bai y Podemos han sido críticos con la concentración de apoyo a la Guardia Civil que se celebró este domingo.
Resulta ciertamente tremendo ser testigos de la “diarrea legislativa”, de esta manera tan ordinaria lo define la Secretaria de Estado de Igualdad, que invade a Sánchez y su gobierno.
Ha sido elegido por un proceso de primarias puesto en marcha por Baztarre, la formación de la coalición a la que corresponde designar a este candidato.
Lo curioso es que la izquierda, también en los casos de la violencia contra la mujer, contra los verdaderos violadores y asesinos, contra esos nunca pega.