El Partido Socialista trabaja ya para erradicar la posibilidad de estudiar solo en castellano e imponer el euskera obligatorio a todos los alumnos de todos los centros educativos.
De momento, el primer paso ya lo han dado los socialistas en el País Vasco, donde gobiernan con los mismos socios que en Navarra.
El verdadero sueño del nacionalismo vasco, la imposición y obligatoriedad del euskera a todos los niños, cada vez está más cerca de llegar a Navarra de la mano de María Chivite y sus acuerdos con EH Bildu y los nacionalistas del PNV (Geroa Bai).
Se trata de una exigencia que los grupos abertzales quieren impulsar y que ya han conseguido en el País Vasco con la inestimable ayuda de los socialistas de Idoia Mendia, vicelehendakari del Gobierno vasco.
Hasta el momento, tal y como ha avanzado el El Mundo, el PSE ha respaldado el anteproyecto de ley de Educación por lo que desaparecerán los modelos lingüísticos que permitían a los padres escoger castellano y euskera. Ya no existirá el A (castellano) o el D (euskera), algo similar a Navarra.
Esto se traduce en la obligatoriedad de matricular a los niños siempre en euskera en todos los centros, tanto los públicos como los concertados, si es que quieren seguir recibiendo fondos públicos. El objetivo, según la nueva norma, es que todos los alumnos logren un nivel de B2 de euskera al final de sus estudios, aunque ni su familia ni los propios estudiantes lo deseen.
La presión en Navarra para que ocurra exactamente lo mismo que en el País Vasco es incesante por parte de los nacionalistas y abertzales, algo que se pondrá ya sobre la mesa en la próxima legislatura si María Chivite es elegida de nuevo presidenta con sus socios radicales.
El nuevo modelo educativo que avala el PSOE de Pedro Sánchez en el País Vasco contempla únicamente la educación en euskera, mientras que relega o prohíbe la posibilidad de estudiar en castellano, objetivo que los nacionalistas socios de Chivite quieren implementar cuanto antes en Navarra.
Los socialistas han actuado de la misma manera en Cataluña, donde incluso avalan que no se cumpla la ley que obliga a un 25% de las clases en castellano.
