- lunes, 21 de abril de 2025
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Una vez sabido que el nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, no dará patadas al tablero, a pesar del agresivo populismo desplegado durante la campaña electoral, los directivos de las aproximadamente setecientas empresas españolas instaladas en los EE. UU., (ojo, las instaladas en aquel país, en aquel mercado interior, no confundir con las que exportan bienes o servicios, que son muchas más) han respirado más aliviadas.
Hace tan solo una semana las encuestas auguraban que Hillary Clinton sacaba unos cuantos puntos de ventaja a Donald Trump, pero en política como en otros ámbitos de la vida no se puede dar nada por seguro porque lo mismo te aparece el Director del FBI y te manda al furgón de cola.
Confieso a los lectores que siento mucha vergüenza al comenzar a darle al teclado, imagino que parecida vergüenza a la sentida por una mayoría de españoles ante el sinsentido de los partidos y de sus dirigentes, que parecen estar jugando al ajedrez sin tener ni idea sobre cómo se juega a eso.
En principio, y vistas las cosas desde un observatorio neutral, Madrid, aunque con esporádicas incursiones en Galicia y País Vasco, doy como bastante probable que los dos jefes de los respectivos gobiernos autonómicos, Núñez Feijóo y Urkullu, van a mantenerse en sus cargos tras las elecciones de este domingo.