SAN FERMÍN
"Pobre de mí, pobre de mí…”: Pamplona se rinde a la pena, pero con la alegría de saber que "ya falta menos"
Pamploneses y visitantes se han dado cita en la plaza Consistorial para despedir las fiestas y mira ya a las de 2026

Pamplona ha dicho adiós a los Sanfermines 2025 con el tradicional Pobre de Mí, el acto que cierra las fiestas cada 14 de julio a medianoche. A las 00:00 horas en punto, miles de personas se han congregado frente al Ayuntamiento para entonar el canto con velas encendidas y pañuelos alzados. Con emoción contenida, los pamploneses han desanudado el pañuelo rojo que se colocaron al cuello el pasado 6 de julio, marcando simbólicamente el fin de 204 horas ininterrumpidas de fiesta, música, baile y desinhibición.
A pesar de la tristeza por el final, el ambiente ha sido de agradecimiento y esperanza. “¡Pobre de mí, pobre de mí, que se han acabado las fiestas de San Fermín!”, han cantado miles de voces al unísono. Pero, como cada año, el consuelo es inmediato: “ya falta menos” para los Sanfermines de 2026. Es una despedida emocional que Pamplona repite cada verano, sabiendo que lo vivido se guardará en la memoria y que el calendario volverá a dar otra oportunidad en solo doce meses.
Desde el mismo balcón de la Casa Consistorial desde el que se lanzó el Chupinazo el pasado 6 de julio, representantes de Gaiteros de Pamplona, de AFAN, candidaturas que quedaron segunda y tercera en la votación popular para el lanzamiento del cohete, han cerrado las fiestas y anunciado que ya falta menos para los Sanfermines de 2026. No ha salido al balcón el alcalde, Joseba Asirón, que ha preferido quedarse en el interior del Ayuntamiento.
La fiesta ha terminado sin sobresaltos graves, pero sí con varios momentos que han marcado esta edición. Uno de los más comentados ha sido el inicio de las fiestas, con un Chupinazo claramente politizado por el alcalde Joseba Asirón, quien permitió que la asociación propalestina Yala Nafarroa lanzara el cohete desde el balcón consistorial.
La elegida por el colectivo no dudó en utilizar el altavoz mediático para lanzar un mensaje político y gritar “Free Palestine” en inglés, saltándose las normas municipales que limitan esa intervención a una fórmula cerrada. Tal y como recogió Navarra.com, la protagonista aseguró después que “tenía que decirlo”, asumiendo que su gesto podía generar polémica.
Desde que la izquierda proetarra gobierna con el apoyo de los socialitas, la tensión en la calle parece menos presente. Los radicales captaron el mensaje de sus líderes a sabiendas de que cualquier incidente mayor, como los continuos insultos, agresiones, empujones, zarandeos y salivazos a los concejales de UPN en la calle Curia durante la procesió, podría suponer la retirada del apoyo de sus socios socialistas, de manera que ahora ya no agreden.
Eso sí, el alcalde Asirón se sintió muy ofendido cuando un grupo de personas le gritó en el regreso de la procesión. Después de muchos años de callar las agresiones de los proetarras en Curia, anunció que ha puesto a la Policía Municipal a investigar y buscar a los que le gritaron. Eso sí, sin mencionar que durante años su partido ha callado las agresiones y abucheos que sufría UPN. El contraste fue evidente y generó malestar en sectores políticos y sociales.
Esa misma tarde, Asirón recibió una tremenda pitada en la plaza de toros, como recogió este medio, en una corrida que estuvo marcada por el abucheo generalizado en el momento en el que el público le identificó en el palco de autoridades.
A pesar de estos episodios, los Sanfermines 2025 han sido, en términos generales, unas fiestas tranquilas, multitudinarias y sin grandes sobresaltos. El incidente más destacado ha sido la cancelación de los fuegos artificiales del día 10, después de que un fallo informático provocara que toda la pólvora se quemara de golpe en apenas cinco minutos. Lo que debía ser un espectáculo de más de 20 minutos quedó reducido a un fogonazo repentino que dejó atónitos a miles de personas en la Vuelta del Castillo.
En cuanto a los encierros, las ocho carreras han sido, en conjunto, muy limpias y rápidas. Este año se ha confirmado la tendencia que ya se intuía en ediciones anteriores: todo parece estar diseñado para que los toros corran en línea, embistan lo menos posible y lleguen pronto a la plaza. El resultado ha sido un total de seis corredores corneados, una cifra muy baja para ocho jornadas de encierros. La carrera más sangrienta fue la del 12 de julio, con tres corneados, aunque ninguno de ellos reviste gravedad. El debate sobre la domesticación de los encierros y la velocidad excesiva ha vuelto a estar presente en tertulias, mesas redondas y debates taurinos.
A partir de hoy, día 15, la ciudad empieza a recuperar su pulso habitual, los operarios desmontarán escenarios, limpiará calles y las peñas recogerán sus locales. Pamplona cierra las puertas a “las mejores fiestas del mundo”, pero ya sueña con volver a vestir de blanco y rojo. Porque si algo ha quedado claro esta noche en la plaza Consistorial, es que el espíritu sanferminero no entiende de finales. Solo de cuentas atrás. Y esa ya ha comenzado.