A Íñigo Urkullu yo le daría el premio de mejor político español, que incluye inteligencia, sensatez y fidelidad a los intereses reales de las gentes.
- jueves, 18 de septiembre de 2025
- Actualizado 12:47
A Íñigo Urkullu yo le daría el premio de mejor político español, que incluye inteligencia, sensatez y fidelidad a los intereses reales de las gentes.
Estados Unidos acusa a Rusia de ser responsable del último bombardeo a Alepo.
Que, en un mismo día, coincidan la comparecencia de Francesc Homs, el portavoz de los nacionalistas catalanes en el Congreso, ante el Tribunal Supremo, una declaración del presidente europeo Juncker diciendo que "si España falla, no dudaremos en suspender los fondos" y un estudio periodístico evidenciando el desprestigio que la situación política española está provocando en toda América, resulta algo altamente preocupante.
La sombra que creía, detrás de mí, que era un gato era la sombra de un arbusto que se agitaba con el viento extrañamente cálido de septiembre. Es de noche. Aquí es todo posible.
La ofuscación nacionalista conduce a extrañas pérdidas de contacto con la realidad. Tenemos a la vista un ejemplo en el caso del ex consejero de Presidencia de la Generalidad y hoy diputado en Cortes, Francesc Homs.
Hasta el 25 de septiembre no se sabrá si hay posibilidades de que España tenga Gobierno ya o si por el contrario se tendrán que celebrar de nuevo elecciones generales.
Todas las encuestas les dan como los grandes vencedores de las elecciones gallegas y vascas del próximo domingo.
La participación del líder socialista en los actos electorales del pasado fin de semana ha servido para clavetear su llamamiento al diálogo entre Podemos y Ciudadanos.
Salvando todas las distancias ideológicas que les separan, hay un nexo común entre Íñigo Urkullo, candidato del PNV el 25-S en Euskadi, y Alberto Núñez Feijóo, candidato del PP ese mismo día en Galicia: ambos van a ganar las elecciones desde el poder.
Estamos en unos tiempos políticos tan convulsos que la palabra lealtad, compromiso, o fidelidad han desaparecido prácticamente del diccionario de los partidos políticos y de sus dirigentes.
Se calcula que en España hay en torno a un millón de psicópatas integrados, pero juraríamos que hay más.
Por dos veces Sánchez debiera haber dimitido nada más conocer los resultados electorales. Por dos veces salió, sobre todo aquella primera en que se vio presidente, cacareando y negándose a aceptar el resultado de las urnas.
Tras la entrada en prisión del causante de los preocupantes ataques a las iglesias de Fontellas y Ribaforada, debemos tomar el caso con la importancia real que tiene.
Un mínimo análisis de las encuestas en varios periódicos de este domingo nos lleva a la conclusión de que Núñez Feijóo logrará la mayoría absoluta en Galicia y de que Urkullu podrá seguir gobernando en Euskadi con ayuda del PSE y quizá, sugiere algún sondeo, también necesite al PP.
El declive político y electoral del PSOE no encuentra suelo, soporte que le permita pensar en remontar. Sencillamente no deja de perder electores en cada elección.
El Gobierno de Colombia firmó hace unas semanas un acuerdo de paz con las FARC que pone fin a una etapa terrible de guerra, matanzas y violencia.
Osasuna compitió de tú a tú con el Celta, y apañó el resultado. Ya sabe El Sadar que sufrirá cada partido, pero lo hará a gusto si el equipo crece y no escatima esfuerzo.
Salvando todas las distancias ideológicas que les separan, hay un nexo común entre Íñigo Urkullo, candidato del PNV el 25-S en Euskadi, y Alberto Núñez Feijóo, candidato del PP ese mismo día en Galicia: ambos van a ganar las elecciones desde el poder.
Estamos en unos tiempos políticos tan convulsos que la palabra lealtad, compromiso, o fidelidad han desaparecido prácticamente del diccionario de los partidos políticos y de sus dirigentes.
Este país nuestro sigue sorprendiéndonos cada día: que nombres como los de Rita Barberá, Manuel Chaves o José Antonio Griñán, que pertenecen al pasado ya inoperativo y hasta algo rancio, hayan sido los que hayan protagonizado los titulares de la semana, resulta, cuando menos, sintomático.
Antes de invitarnos nuevamente a las urnas en Navidad, los partidos políticos (todos menos Ciudadanos) deberán resolver el enigma de cuál es el alma con la que piensan seducir a sus votantes.
Después de casi 300 días sin gobierno, desde distintos ámbitos se siguen realizando informes de los costes que puede tener a medio plazo la falta de gobierno en España.
Observado el lío que tienen montado en el PSOE, en la cúpula del PP deben estar frotándose las manos y recordando al Napoleón que recomendaba no distraer al enemigo cuando se estaba equivocando.
No está mal el panorama a la hora de cerrar esta semana pródiga -como siempre- de sobresaltos que ya no sobresaltan.
Se habla sobre la posibilidad de una rebelión interna contra Pedro Sánchez.
¡Qué alivio! Llegué a creer por un momento que empezábamos a perder las buenas costumbres, iniciando un camino de acuerdos constructivos de cara a posibles pactos que nos saquen del marasmo. Pero no: volvemos a donde solíamos. Al 'y tú mas'.
Todos los presidentes de las Cortes han tenido el mismo problema y es que son presionados por el partido al que pertenecen para que favorezcan sus intereses.
Durante mucho tiempo, algunos directivos pensaron que con una cara bonita y un buen escote suplían la falta de experiencia de algunos y algunas presentadoras.
Está bien lo de la libertad religiosa, pero en el seno de las religiones hay interpretaciones algo extravagantes, y el burka es una de ellas.
La misma semana en que la presidenta Barkos intentaba responder a la crítica situación que atraviesa el gobierno cuatripartito que preside, mediante la destitución y nombramiento de nueva portavoz, hemos conocido, que quien va a ser la nueva voz del gobierno, se apresuró en tuiter a ovacionar con un “ole” a los agresores de la anterior presidenta del Gobierno de Navarra condenados por sentencia firme.
María Solana, la portavoz del Gobierno de Uxue Barkos, ha rechazado ofrecer aclaraciones sencillamente porque carece de argumentos que justifiquen tamaña indignidad.
Me preocupó bastante la sesión de la comisión de Economía celebrada el martes en el Congreso de los Diputados, en la que el ministro de Economía (y de no sé ya cuántas cosas más) en funciones, Luis de Guindos, fue severamente vapuleado por diputados de la oposición, a cuenta de sus explicaciones por el fallido nombramiento del ex ministro José Manuel Soria como director ejecutivo del Banco Mundial.
No tendremos Presupuestos para 2017, no cumpliremos el objetivo de reducir el déficit fijado por Bruselas, es posible que no se pueda subir el salario mínimo ni las pensiones ni acometer ninguna de las reformas imprescindibles... pero nuestros diputados hacen cuestión de gabinete de si el ministro De Guindos acude a la Comisión de Economía en lugar de hacerlo al Pleno para explicar las sinrazones del error en la designación de otro ex ministro Soria para un alto cargo en un organismo internacional.
Yo no sé si en el PP habita mucha gente supersticiosa. Pero después del pasado martes y 13 seguro que el porcentaje ha crecido.
Cuando despertó de la pesadilla generada por la tardía dimisión de Rita Barberá, el problema seguía allí.
Nuestros hijos son nuestros, pero los niños son de todos. Nuestros hijos, nuestros no en sentido posesivo sino de las obligaciones para con ellos, son nuestros, pero los niños, todos los niños, deben gozar del amor y de la protección de todos, de la sociedad, para hurtarles de los abusos, el maltrato, el abandono y el desamparo.
A Mariano Rajoy le cuesta mandar a casa a los miembros de su partido que están inmersos en causas judiciales.
A través de la Comisión de Economía el ministro, Luis De Guindos, informó al Congreso de que se hizo todo bien en el fallido nombramiento del ex ministro de Industria para director ejecutivo del Banco Mundial.
La Universidad de Navarra ha presentado un estudio sobre su contribución económica a la comunidad foral. Y sin embargo, el valor que tiene para todos nosotros es muy superior a lo que se puede mensurar en euros o empleos.
Un informe cifra en unos 3.000 millones de euros la cantidad que esta institución ha aportado a la riqueza de Navarra en la última década.
Desde hace ya años, en Navarra, la política se ha convertido en poco más que una clase de preescolar.
Albert Rivera comparecía en Madrid con un discurso conocido, una "guindilla peligrosa".
Estos días, tras el arresto de tres mujeres que pretendían hacer estallar a un coche cargado de bombonas de gas en las inmediaciones de la catedral parisina de Notre Dame se ha abierto el debate sobre la creciente implicación femenina en el Estado Islámico.
La incertidumbre política, lo venimos contando hace ya meses, no es que vaya a pasar factura a la economía española es que ya lo está haciendo.
Madrid en estos días es la capital de los rumores y casi todos ellos tienen como protagonista al PSOE. Les cuento lo que me cuentan.
Ha dicho sentirse "genial" pero la procesión -y la aprehensión por el futuro de su campaña electoral- se reflejaba ayer en el rostro de Hillary Clinton, candidata presidencial del Partido Demócrata norteamericano.
La obsesión de Barkos en imponer la doctrina nacionalista ha llegado hasta los libros de texto de nuestros alumnos.
Uxue Barkos ha designado como portavoz a una periodista que mostró su alborozo por la agresión sufrida por la entonces presidenta de Navarra.
Pasó julio al relance del pobre de mí y terminó agosto para dar entrada al mes de septiembre donde la temporada pesa, los callejones se llenan de rumores y llega el momento de las principales ferias del escalafón novilleril.
El presidente de la Generalitat ha anunciado que quiere pactar con el Gobierno de España la fecha de celebración del referéndum que pueda dar lugar a la independencia de Cataluña.
El bloqueo político ha llegado a un punto que pasará a ser insoportable caso de tener que repetir las elecciones con los mismos lideres que cada uno en su registro ya dio de sí lo que sabemos.
Hay una carrera con indudable ventaja sobre todas las demás, y que garantiza un puesto de trabajo, no muy bien remunerado al principio, pero bastante decente después, y con posibilidades de jubilarse sin cambiar de empresa: el nacionalismo.
Felipe González no es un cualquiera ni en el PSOE ni en la historia reciente de nuestro País.
No es solo la total parálisis política, que también. No es tampoco, aunque suma, la sensación de que son los mismos asuntos y problemas sobre los que se vuelve y vuelve sin que avance nada excepto la creciente irracionalidad. Léase separatismo.
Todos los días desaparecen varias personas en España, unas de grado y otras a la fuerza.
La hasta ahora vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón, sucumbió bajo el discurso de ejemplaridad que siempre fue cosido a su figura publica.
Nos lo decía Einstein, en una de sus célebres frases-fórmula para andar por la vida: "no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo".
Lo que estamos viendo estos días en Policía Foral es una manifestación de un problema más global, de fondo.
Osasuna fue de menos a más, al menos en cuanto a hacer buenas sus intenciones, y logró maquillar el resultado (5-3 si no le anulan un gol injustamente), pero para entonces el Madrid ya sumaba cinco y tampoco era cuestión de esforzarse más.
Viví durante bastante años en una Dictadura en la que no todos éramos iguales ante la Ley.
La empatía no es algo que enseñen en las universidades, ni siquiera en las más prestigiosas; tampoco se hereda, es algo que se tiene o no.
Las cosas como son, parece harto difícil que Rajoy o Sánchez puedan formar gobierno y lo más probable es que vayamos a las urnas el 18 de diciembre.
Lo suyo sería titular "Camino Soria" el comentario sobre la carrera, el carrerón más bien, que lleva el ex-ministro de Industria y nonato gerifalte del Banco Mundial.
Pedro Sánchez ha decidido llenar el tiempo que queda hasta las elecciones vascas y gallegas forzando una ronda de contactos que sabe fracasada de antemano.
Las cosas como son, claro: el responsable de todo el "vodevil" que del intento de que el ex ministro Soria ocupara plaza en el Banco Mundial tiene un responsable que no es otro que Mariano Rajoy.
En política, después de robar y de mentir, lo peor que se puede hacer es el ridículo.
Visto el desprecio a la opinión pública que se desprende de la designación del dimitido ministro José Manuel Soria para ocupar plaza en el Banco Mundial es fácil deducir que Mariano Rajoy apuesta por ir a unas nuevas elecciones.
Entre la clase política cuando hablan de Pedro Sánchez lo hacen como del "empecinado".
A menudo nos preguntamos muchos profesionales de la comunicación si estamos cumpliendo con nuestro deber.