• miércoles, 17 de diciembre de 2025
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Opinión

Están los días que sí, en los que tienes la seguridad y las ganas; los días que no, en los que cuesta seguir y tienes miedo, y los días Dragon Khan, que son esos que te zarandean y no tienes ni idea de dónde te pega el aire. Hablemos de esos. Y de sus canciones, ¿qué les parece?

Noventa minutos de trabajo, insistencia, presión ambiental, de madurar con fe un partido táctico, trabado, poco vistoso. La explosión final llegó en la prolongación. Dinamitó el estadio y la Liga sintió la onda expansiva.

 Si hay que elegir entre asumir los riesgos de las libertades, o restringirlas para garantizar tranquilidad, prefiero el primer equipo. Pero claro, exige mucho más esfuerzo.
Se quiere a pesar de lo que pueda pasar, a pesar de que mi plan no se cumpla, a pesar de que me duela, de que me pueda quedar solo...
El éxito tiene muchos ingredientes, y cada cual tiene su propia receta, claro, como la de la tortilla de patatas; pero hay dos que parecen claros: la decisión , entendida como determinación, y los recursos, entendidos como la capacidad para afrontar un reto. Se lo cuento con una historia de aparcamiento en doble fila, ¿pasan y leen?
Vaya verano este, ¿que no? No nos ha dado tiempo para hacernos expertos en un tema, que ya teníamos que ser expertos en opinar de la siguiente. Experto en todo y militantes en nada, y en la vida, queridas y queridos, se milita. Pasar de largo es poco noble y, además, no soluciona nada. ¿Pasan y leen?, arrancamos temporada, la quinta. Bonito número.
Inauguramos nueva reforma educativa socialista, que en el fondo es la de siempre, bajar el nivel para que todos se acaben pareciendo a los políticos que nos gobiernan.

Cuesta encontrar el camino del gol, pero con once corners, una posesión del 73 por ciento, el árbitro regala un penalti desvergonzado, y Sergio Herrera solo pudo intervenir, por decir algo, en el primer gol gaditano, la victoria resultaba obligada

Los rojillos dieron un repaso futbolístico al Celta en todos los órdenes del juego, pero se estrelló una y otra vez ante la portería del argentino Dituro, que detuvo todo, hasta un penalti.
Para qué anhelar ser un C. Tangana luciendo yate con pibas si puedes ser un Rolling Stones luciendo nietas con carrera y transgredir las prohibiciones, aunque solo sean las médicas.
Mañana se muere julio y aquí no ha pasado nada en este mes y medio. Aún, aún no ha pasado nada, te dices, como queriendo mantener una expectativa que sabes que quedará defraudada. 
A las puertas del verano otra vez, qué rápido pasa el tiempo, ¿no les parece? A pesar de restricciones y pandemias, y cuarenta sabatinas después, cerramos la temporada de nuevo. Hay que ver cómo es la vida, que parece que no pasa, pero no deja de correr.
¿Saben cómo comen las moscas? Es de lo más curioso. Si pasan y leen se lo cuento, no se me ocurre mejor lectura para acompañar al desayuno…

Llegamos tarde otra vez, llegamos cuando ya se ha producido lo terrible y sólo queda el dolor y la rabia. ¿Cuánto de lejos nos queda la próxima tragedia? ¿De verdad no podemos hacer nada más?

Ojalá poder volver a la inocencia de la niñez como humanos. Ojalá volver a ese punto del que habla Garcia Márquez en Cien años de soledad donde todo aún estaba por hacer y poder hacerlo de otra forma. 
El gerundio expresa que la  acción se está desarrollando, o que es consecuencia  directa de la acción anterior. Esto no pretende ser una clase  de lengua, pero estarán conmigo que vivimos en gerundio, que aquello de quien calla otorga, lo hemos  convertido en callando y otorgando, que no es lo mismo.

Ya saben, llamamos así a las consecuencias en cadena que provoca una acción inicial, depende de qué ficha seamos y donde nos toque, lo llamaremos azar porque no lo esperamos, pero ¿y si somos la primera ficha, la que lo desencadena?

Esto pedía Franco Battiato en una de sus canciones más conocidas, “un centro de gravedad permanente que no varíe lo que ahora pienso de las cosas, de la gente”. Supongo que él sabía que esto es imposible, aunque tenga sentido. Lo vamos a echar de menos, como a toda la gente que se va y hacía la vida más bonita.
La presbicia es la dificultad para enfocar objetos cercanos, que suele parecer a partir de los cuarenta o cuarenta y cinco años, si llevan ustedes gafas de cerca para leer esto, saben perfectamente a lo que me refiero. Que sepan que tiende a empeorar…