- lunes, 16 de junio de 2025
- Actualizado 16:53
El séptimo escalón rinde homenaje al fotoperiodista Luis Azanza, fallecido el pasado diciembre, con una de sus fotos más representativas del inicio de los Sanfermines (SF).
Este ha sido el año más largo de mi vida, más de mil días, oigan. Ha durado 1.087 para ser exactos, una barbaridad, pero, por fin, el miércoles podremos celebrar el año nuevo otra vez, porque los de Pamplona celebramos el año nuevo cuando nos parece bien, faltaría más.
Se dice que el fuego purifica, que acaba con lo malo y deja todo preparado para que florezca lo bueno, por eso las hogueras de San Juan, y lo de quemar lo malo. Pero también arrasa y se puede llevar por delante más de lo que debería, o de lo que esperamos.
Sánchez, como ese loco déspota que mueve piezas en un mapa del mundo creyéndose un genio, estaba convencido de que como era el más listo de la clase, y el más guapo, podía solucionar el cabreo de Marruecos humillando a Argelia.
El sexto escalón homenajea a la firma Zubieta y Retegui con su foto más emblemática del encierro.
¿Y todo esto que vivimos con la selección albiceleste, este domingo con sus horas de festiva espera y sus 90 minutos de rezo del de Rosario, por qué no podemos tenerlo nunca en Pamplona con la selección española?
Calamaro dice que no se puede decir que una canción es mala, que acusar de maldad es una temeridad. Puede que tenga razón, que las cosas no sean malas en sí mismas y que dependen de cómo las percibimos, de qué hacemos con ellas. Que seamos nosotros quienes las hacemos malas o buenas, importantes o insignificantes.
Leo con preocupación, datos que nos presentó esta semana el ministerio del interior, que en solo un año los delitos sexuales en Navarra han aumentado un 90%. ¿No habíamos quedado que en Navarra no se toleraban este tipo de agresiones? Yo ya no entiendo nada.
Es una vergüenza, no se puede seguir así. Que alguien decida llevarse por delante a una veintena de niños y que las profesoras no vayan armadas para defenderse. O que unas niñas de trece años vayan provocando impunemente. Lo ponen muy fácil, así no hay quien se pueda comportar. Putas víctimas, luego encima se quejan.
Despedida de la temporada con un un Osasuna sin chispa, pero con espectáculo gracias a la visita del Mallorca y sus seguidores y al adiós del capitán Oier
¿Se han preguntado alguna vez por qué se acuerdan de ciertas situaciones o personas? ¿O cuál es el mecanismo que activa eso de “aunque no nos veamos en años, es como si nos hubiéramos visto ayer”? ¿Qué es lo que nos hace perdurar?
El Metaverso que nos ha presentado Txibite, para que nos entendamos, es como una web insufrible del gobierno de Navarra, de esas que fallan y se saturan cada dos por tres.
Hablar de un partido Athletic – Osasuna después de haber perdido, siempre se hace con un poco de rabia por no doblegar a los del Botxo.
El equipo de Bilbao jugó contra nadie en la primera mitad y acabó los deberes en la segunda. ¿Contra quién jugó? No se sabe. A Osasuna solo le faltó vestir de fucsia.
Hace un par de días recibíamos la noticia: Oier Sanjurjo no renovará la temporada que viene en Osasuna.
Los árbitros han llegado a un punto, parece que de no retorno, donde amparan y potencian el antifútbol y fomentan la desconexión con los equipos de la segunda parte de la tabla.
Estos partidos en los que parece que nadie se juega nada, suelen ser aburridos, pero no ha sido este el caso, donde los dos equipos han ido a por la victoria sin complejos. Gracias.
De ser dominador absoluto, aunque sin apuntillar, el equipo fucsia, o rosa, que no rojillo, perdió los espacios, el balón y la personalidad