Trece partidos sin ganar y dos victorias consecutivas. A disfrutar. De aquí a la Europa League, dirán los forofos. Nada de eso. Estas victorias tienen una parte de merecimiento y muchas de moneda al aire.
La formación morada quiere saber si se están cumpliendo los compromisos adquiridos con el Gobierno de Navarra y cómo pueden modificarse éstos en función de los escenarios.
El choque de trenes de dos equipos parecidos alumbró un partido físico, poco brillante, intenso, al ritmo del corazón y la necesidad, con tantas ganas como miedo. Al final, esta vez funcionaron los cambios y Osasuna sumó tres vidas.