• sábado, 27 de abril de 2024
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SOCIEDAD

Chivite se harta de los agricultores navarros: de los detenidos a las cargas policiales por protestar

Parece que la presidenta no está dispuesta a probar aquello que algunos bautizaron como "jarabe democrático".

Los agricultores de la Pataforma 6-F de Navarra se concentran a las puertas de un Parlamento de Navarra blindado por la Policía Foral y la Policía Nacional tras el intento de algunos agricultores de entrar por la fuerza en el hemiciclo foral durante el pleno parlamentario para la aprobación de los presupuestos de Navarra para 2024. IÑIGO ALZUGARAY
Antidistrubios de la Policía Foral a las puertas del Parlamento antes docenas de agricultores. IÑIGO ALZUGARAY

Parece que la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, no está dispuesta a probar aquello que algunos bautizaron como "jarabe democrático". Desde un primer momento, las protestas de los agricultores le han molestado, y aunque, en un principio le vinieron bien por su coincidencia en el tiempo para tapar otras cuestiones de actualidad política -como cuando se escudó en el machismo para criticar a los agricultores que la abuchearon en Olite-, lo cierto es que en ningún momento ha tenido un guiño para los trabajadores del campo.

Este viernes, en Cabanillas, una docena de agricultores que se había sentado en la calzada impidiendo el paso del coche oficial de María Chivite, a donde había acudido a inaugurar un centro cívico, provocó una brutal y desmedida carga de la Policía Foral.

Como se recordará, desde el pasado 6 de febrero (fecha que da nombre a la plataforma de agricultores y ganaderos que protagonizan las protestas, el sector agrario viene manifestándose de varias maneras a lo largo y ancho de las carreteras y ciudades de Navarra en demanda de las reformas legales que hagan su trabajo y esfuerzo rentable y que impliquen una renovación generacional en el campo.

Las primeras tractoradas en Pamplona y la circulación lenta por autovías y carreteras nacionales de la Comunidad foral fueron sus primeras acciones de protesta. El Departamento de Desarrollo Rural y Medioambiente del Gobierno de Navarra, ante lo potente de las protestas y los efectos sobre la ciudadanía, que aplaudía a los tractores a su paso, se vio obligado a recibir a las organizaciones agrarias (UAGN, EHNE y UCAN), que por cierto, se habían sumado a las protestas obligados por las circunstancias después de ver el éxito de convocatoria de la plataforma apolítica.

Una plataforma apolítica a la que desde los partidos que sustentan el Gobierno de Navarra se le ha acusado de estar instrumentada por UPN y VOX, algo que la participación de organizaciones agrarias nacionalistas y cercanas a la UGT, como EHNE y UAGN desmienten con rotundidad.

Desde entonces, ha habido muchas reuniones, pero pocas soluciones. El Gobierno de Chivite parecía dispuesto a no tomar medidas y sí a marear la perdiz por la vía de reunirse mil veces y acordar poco o nada, esperando que las protestas se aplacaran. Pero fueron a más.

El 4 de marzo, Chivite acudió a Olite a una reunión de la Eurorregión que Navarra comparte con el País Vasco y Aquitania, cuando los agricultores, hartos de palabras, y necesitados de hechos hicieron visible su malestar a la llegada de la presidenta. Más tarde tres de ellos serían identificados y detenidos por injurias después de que la presidenta les acusara de machistas.

Y sólo tres días después llegarían los incidentes del Parlamento de Navarra. Para entonces, la oposición había tomado la iniciativa proponiendo reformas fiscales que mejoraran la situación de los agricultores; o al menos, les igualaran con los de la vecina Álava. Para entonces, los socialistas y sus socios de gobierno ya habían decidido que no habría ningún tipo de modificación fiscal para los agricultores.

UPN introdujo una enmienda 'in voce' a los Presupuestos Generales de Navarra instando a esta modificación, pero Chivite y sus socios se negaron (sin muchas justificaciones, más allá de que no había sido propuesto por ella y no podían consentir una victoria política de la oposición). 

Fuera, frente a las puertas del Parlamento, se agolpaban casi dos centenares de agricultores, que había accedido con sus tractores (que luego fueron multados por la Policía Municipal de Pamplona) al centro de la ciudad. Y la negativa de los gobernantes de Navarra a escuchar aquellas demandas puso nerviosos a los agricultores, que en un momento dado, quisieron acceder al Parlamento de Navarra para hacerse oír.

Aquello se tradujo en un enfrentamiento con la Policía Foral de apenas dos minutos de duración, fruto de la frustración del momento, sin que hubiera que lamentar ningún tipo de heridos. 

Aquella acción fue la excusa perfecta para Chivite. El PSN y sus socios de Gobierno comenzaron a llamar "trumpistas" a los agricultores y a hablar de asalto al Parlamento. Tanto la consejera de Interior, como la propia Chivite, dijeron que serían implacables con los protagonistas de aquel suceso.

En menos de dos semanas, 22 agricultores fueron citados a declarar en la Comisaría de la Policía Foral en Pamplona en calidad de detenidos. Todos ellos fueron puestos en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial, lo mismo que los tres acusados de injurias en Olite por María Chivite.

En este contexto, este viernes, la presidenta tenía un acto en Cabanillas. Acudía a la presentación de un nuevo centro cívico. Hay que tener en cuenta que la presidenta sólo acude a este tipo de eventos en localidades en las que gobierna el PSN o alguno de sus socios. Pero los agricultores, que entienden que las detenciones de esta semana son desproporcionadas, acudieron en masa a la puerta del centro cívico.

Para cuando llegó la presidenta, a las puertas ya había colgadas dos pancartas en las que se podía leer: "No fue un asalto, hoy todos nos sentimos imputados" y "Así nos quiere la Txibi". Ante la llegada de más agricultores y ganaderos de pueblos vecinos de Cabanillas, como Ribaforada, Milagro o Fustiñana, la Policía Foral envió a los antidisturbios.

A la salida del acto, no más de una docena de agricultores se sentaron en la calzada impidiendo el paso del coche de la presidenta con la intención de que, al menos, escuchara el enfado del campo en forma de silbidos y gritos de "fuera". Pero la Policía Foral cargó con saña y dureza contra esa docena de agricultores a base de porrazos, lo cual exaltó los ánimos de los que contemplaban la escena. 

Finalmente, María Chivite pudo abandonar Cabanillas; y ahora -seguramente-  al igual que tras lo sucedido a las puertas del Parlamento, habrá una nueva caza de brujas dirigida desde el departamento de Interior por orden de la presidenta, para intentar acallar la voz del campo.


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