- lunes, 23 de junio de 2025
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Llegamos tarde otra vez, llegamos cuando ya se ha producido lo terrible y sólo queda el dolor y la rabia. ¿Cuánto de lejos nos queda la próxima tragedia? ¿De verdad no podemos hacer nada más?
Ya saben, llamamos así a las consecuencias en cadena que provoca una acción inicial, depende de qué ficha seamos y donde nos toque, lo llamaremos azar porque no lo esperamos, pero ¿y si somos la primera ficha, la que lo desencadena?
El Atlético puso cerco al portal del colosal Sergio Herrera, pero fue el príncipe Budimir quien puso la Liga patas arriba. En los diez últimos minutos la realidad se abrió paso.
Osasuna logró un merecido empate en San Mamés, al remontar con por partida doble gracias a un posicionamiento y juego más hilvanado que los bilbaínos.
Tranquilos, no voy a hablar de Ayuso. Es la Blancanieves de Disney, la original… aquí venimos a hablar de temas serios.
Salir de Madrid con el titular da “dando la cara” suena a tópico. Lo malo es que, aunque sea verdad, suena a que la frase lleva implícita la realidad de que te la han partido.
Con motivo de los fondos europeos que van a llegar a España, el autor reflexiona sobre el nuevo perfil laboral y de talento que debe generar el país para aprovechar mejor toda esta gran inversión.
El Celta mostró más intención y ocasiones en la primera parte, donde no hubo ni un remate rojillo. Osasuna reaccionó y bien en la segunda, pero el Celta ya tenía el partido de cara y acertó a mantenerlo ahí.
Mi editor siempre me dice que los títulos de impacto generan más lecturas, vamos a ver sí es verdad, a ver si con esta entrada pasan y leen.
Después de la brillante ante el Valencia gracias a un fútbol alegre, brillante y arrollador por momentos, a Osasuna ya le sobran puntos para la permanencia.
Muy superior Osasuna al Elche, de principio a fin. Todo partido de fútbol puede torcerse en cualquier acción desgraciada, pero el de los rojillos ante los ilicitanos, ni por ésas.
Normalizamos con mucha facilidad, con más facilidad lo malo que lo bueno, incluso. Hemos normalizado situaciones que ni en películas de terror hubiéramos creído hace tres años. Por normalizar hemos normalizado incluso la palabra normalizar como justificador de todo.
Arrasate mandó jugar a sus hombres, y éstos demostraron que saben hacerlo. Demostraron que a veces la mejor defensa es crear peligro arriba. Así sorprendieron a Unai Emery, que pensaba hacerse con los tres puntos sin perder la gomina.
Un partido conservador de Osasuna, de los de ir a no perder, otorgó a los rojillos el punto que fueron a buscar.
En este tipo de derrotas suelen abundar titulares de “con la cabeza alta”, “merecieron más” o “el marcador no hace justicia”. Tan gastados están que apelar a ellos en esta ocasión parece más un tópico que una realidad.