La afluencia de turistas a nuestro país empieza a ser un problema, un problema grave. No para los hoteleros o restauradores para quienes se han convertido en la gallina de los huevos de oro pero sí para los ayuntamientos y para los residentes que ven, vemos, cómo de la noche a la mañana nuestras calles, nuestros barrios cambian de fisonomía, de olor y color, debido a la llegada masiva de gentes de todo pelaje.
Camilo es una divertida mezcla de truhán y señor. Funcionario de carrera, conoce mejor que nadie los entresijos de la Administración. Después de un paréntesis de 16 años dedicado a la política, ha tenido que volver a su puesto. Bedel.