• jueves, 18 de septiembre de 2025
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Opinión

Esta semana Navarra era noticia por dos de sus representantes y como viene siendo habitual, uno lo era por ser un tío preparado y ser premiado por su extraordinaria formación y el otro por su encefalograma extraordinariamente plano...

El doble discurso es una tónica constante en este Gobierno de Navarra, que alcanza su máxima expresión en boca de los representantes de Geroa Bai. Como diríamos vulgarmente, es difícil 'pillarle' el punto a este partido que ostenta el Gobierno, debido a la ambigüedad de su mensaje.

Los comentaristas que están considerados como más próximos a La Moncloa, o a los nuevos ministros más próximos a La Moncloa, hablan mucho de la confrontación inminente, que tendrá consecuencias, entre los 'sorayos', es decir, los cercanos a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Satamaría, y los 'cospedalos', más próximos a la secretaria general del partido y nueva ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, del PP, ha abierto el debate sobre la renegociación de la financiación autonómica con una boutade, que si llegan a decirla desde Barcelona causaría todavía mayor revuelo. Y, sobre todo, más escándalo.

El gobierno tiene que elaborar unos Presupuestos Generales del Estado que, además de ser verosímiles en sus previsiones de ingresos y gastos, cumpla con el objetivo de déficit público pactado con la Comisión Europea.

Resulta muy difícil comprender el empeño de Mariano Rajoy en facilitar compensaciones a aquellos compañeros de filas pillados en renuncios que abochornarían en los países democráticos de nuestro entorno.

La comisión gestora del PSOE no hizo sangre con los siete diputados del PSC (Socialistas catalanes) que desobedecieron un mandato del Comité Federal a la hora de votar la investidura del ya presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. 

La muerte de Rosa, una anciana de Reus que murió abrasada en el incendio que destruyó su vivienda, ha conmocionado a la opinión pública. 

Hay semanas en las que rastrear la realidad en busca de inspiración es terrible. No sólo por lo desalentador de vivir en la bronca continua, centrados en lo pequeño, sino porque es aburrido volver una y otra vez sobre los mismos temas. Bastante que nos leen. Al menos en este periódico leernos reopinando no les cuesta dinero.

Hace algunos meses participé en una entrevista radiofónica a Pablo Iglesias. El líder de Podemos había entrado en una etapa 'seria', tras no pocos saltos mortales en el trapecio, y pronunció la siguiente frase, que transcribí: "Cuando puedes ocupar algunas parcelas de poder, ya no es el momento de hacer el 'enfant terrible'".

Hace unos días leía en un periódico una noticia en la que se contaba que Naciones Unidas había elaborado un informe con las conclusiones de los resultados de la llamada "primavera árabe".

La política no está exenta de ironía. Quien les iba a decir a los políticos de la izquierda marxista, gargantas enronquecidas de tanto gritar ¡OTAN NO! que quien les puede ayudar a materializar -nunca mejor dicho- su sueño, es Donald Trump.

En mi doble condición de tudelana aficionada al cine y concejala del Ayuntamiento de Tudela, no quería dejar pasar esta ocasión para reflexionar sobre algunos aspectos de la última edición del certamen Ópera Prima. Mi preocupación por la óptima utilización de los recursos públicos en la gestión municipal me ha llevado a ello.

La sombra del triunfante Donald Trump domina durante todos estos días el panorama mundial, incluido nuestro querido país, hasta el punto de que toda la actualidad política se contempla a través del prisma del vencedor del primer martes después del primer lunes.

Decía Napoleón que cuando alguien quería resolver un problema nombraba un responsable. Si lo que pretendía era eternizar el asunto, entonces nombraba una comisión.

Los hombres de negro han llegado a Grecia para supervisar el desarrollo de las medidas impuestas para obtener el último rescate y hoy miércoles Bruselas decidirá si congela los fondos estructurales y de inversión comprometidos con España y que rondan los 1.200 millones de euros.

En está tierra tan dada a inventarse tradiciones yo he inaugurado una: sentarme con un cucurucho de castañas en el monumento a los Fueros a mirar la Diputación, con su andamio.

Hace unos días nos dejó Leonard Cohen, la voz cálida y profunda que nos hacía más humanos, al menos mientras la escuchábamos. Hace sólo unas horas nos ha dejado Fernando Redón, un maestro de la arquitectura y de la vida, del oficio y la cultura, que nos hacía ser más sabios y mejores arquitectos, al menos cuando le hacíamos caso.

Tras la conmoción provocada por el triunfo electoral de Donald Trump, en el universo mediático navegan todo tipo de argumentos que intentan aportar luz acerca del porqué de tan inopinada victoria.

Ahora que ha comenzado la legislatura no estaría de más que sus señorías empezaran a prestar atención a algunos de los problemas más graves que aquejan a nuestra sociedad. Por ejemplo el acoso escolar.

El trabajo de los niños es estudiar, esto es, instruirse, hacer acopio de conocimientos, prepararse para la vida futura, y su taller, su lugar de trabajo, es el colegio.

Aprovechando que las calles se llenan ya --¡ya!- de luces navideñas, contentos todos porque no nos hacen nuestros políticos ir a votar ni el 25 ni el 18 de diciembre, me gustaría dirigir una carta de reyes magos -bueno, de PP-Noël- a los actuales rectores de nuestros destinos.

Según define la RAE un patinazo es un desliz notable en que incurre alguien, ahora bien, el de la responsable de sensibilización de Cáritas Salamanca fue de sobresaliente cuando menos.

¿Es viable el actual Estado español? ¿Existe una oligarquía de partidos en connivencia con las oligarquías financiera y económica? ¿Es realmente independiente el poder judicial? ¿Funcionan los reguladores de la competencia? ¿Representan los diputados a los ciudadanos o más bien a los partidos que los ponen en una lista? ¿Tiene sentido que una cuarta parte de la economía española sea sumergida...?

Por absurda que pueda sonar la frase de Pablo Iglesias sobre la necesidad de dar miedo, dicha en una democracia y tan lejos de Alepo, no cabe duda de que es una eficaz arma electoral en una sociedad adormecida en el confort.

El jueves arranca formalmente la legislatura en el Congreso de los Diputados, pero el gobierno no ha parado desde que Mariano Rajoy consiguiera ser investido y días después nombrara a los miembros de su ejecutivo.

Pues ya tenemos todos los datos sobre la mesa de trabajo. Incluyendo una parte del panorama exterior, que se completará en 2017 con algunas cruciales elecciones europeas:

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, está siendo criticado por haber dicho que en el transcurso de la visita oficial a Arabia Saudita Felipe VI debería aprovechar la oportunidad para defender los derechos humanos.

Una vez sabido que el nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, no dará patadas al tablero, a pesar del agresivo populismo desplegado durante la campaña electoral, los directivos de las aproximadamente setecientas empresas españolas instaladas en los EE. UU., (ojo, las instaladas en aquel país, en aquel mercado interior, no confundir con las que exportan bienes o servicios, que son muchas más) han respirado más aliviadas.

¿A dónde va América con Donald Trump? La noche electoral ha sido una de las más tristes de las últimas décadas, salvo para los partidarios del nuevo presidente.

Hace ya más de medio siglo, en un enero de 1961, el nuevo presidente de Estados Unidos, John Ftiszgerald Kennedy, pronunció un hermoso discurso donde deslizó alguna de las frases que luego serían repetidas y quedarían para la posteridad. 

Las elecciones norteamericanas han dejado un montón de preguntas con difícil respuesta. La primera es cómo es posible que haya ganado Donald Trump, y la segunda es ¿y ahora qué?

¡Cuánto tenemos que aguantar en Navarra desde que gobierna el cuatripartito! La opresión, hasta conseguir la asfixia, que ejercen sobre todo aquello que no sea de su inclinación política ha llegado al punto del totalitarismo.

Lo que parecía imposible se hizo realidad. Frente a todos los pronósticos, Donald Trump será el próximo presidente de los EEUU.

Este jueves el Gobierno Vasco organiza lo que han bautizado como "Día de la Memoria" con un acto en el que se recordará a "todas las víctimas de la violencia".

Como le ocurrirá al 90% de los españoles, me sigo preguntando cómo es posible que el PSOE haya acumulado ese caudal de errores y torpezas, algunas descomunales, que le han conducido a la situación que refleja el barómetro del CIS, con ese descenso a los infiernos del partido de no sé quién, pues vaya usted a saber con qué nombres podemos identificar ahora mismo al histórico partido fundado por Pablo Iglesias, el otro, hace ya camino del siglo y medio.

Vistos los resultados del barómetro del CIS es difícil sustraerse a la melancolía. El mismo sondeo que nos dice que la corrupción ocupa el segundo lugar en el escalafón de las preocupaciones de los ciudadanos refleja el crecimiento del Partido Popular (34,5% de los votos) respecto de los resultados obtenidos en las elecciones de junio.

El otro día recordaba El Mundo que cuando Álvaro Nadal nuevo ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital llegó a la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, a finales de 2011 ordenó a su equipo aplicar lo que él llamaba "la política de los tres carteles" a todo gran empresario o lobby que apareciera por Moncloa.

Mucha gente se pregunta cómo es posible que Donald Trump haya conseguido llegar a las puertas de la Casa Blanca. Sobre su extravagante personalidad está todo dicho.

Uno de los grandes déficit españoles es el terco desconocimiento de nuestra propia historia. Una ignorancia que, unida a clichés y sectarismos ideológicos, se traduce en desafecto y desprecio.

Para los españoles, y para el conjunto de los europeos, la cosa está clara: una victoria de Trump en las elecciones norteamericanas, que ese personaje tan atípico, por decirlo de manera elegante, se convirtiese en el presidente de los Estados Unidos, sería una auténtica catástrofe para el país, para el continente, para el mundo. 

Mientras rezamos para que los americanos no se vuelvan locos y elijan a Donald Trump para gobernar Estados Unidos y el mundo -aunque ni Estados Unidos ni el mundo son ya lo que eran- al reconfirmado ministro de Educación, Méndez de Vigo, le espera un arduo trabajo para conseguir el imprescindible -y casi imposible, Pacto por la Educación.

Terminó la provisionalidad del Gobierno que se ha prolongado durante más de 300 días, el Partido Popular con Mariano Rajoy al frente toma el mando para comenzar una legislatura con minoría parlamentaria donde el diálogo será pieza clave ¿Hablarán de toros?

Como un mantra, dirigentes populares, nuevos y viejos ministros y medios afines, repiten estos días el argumentario de que no se cambia de caballo a mitad de carrera para justificar el continuismo del nuevo gabinete. 

La frase es del nuevo ministro de Asuntos Exteriores del gobierno. Lo dijo ayer en su toma de posesión y creo que refleja bastante bien lo que acaba de ocurrir. 

Resulta curioso comprobar cómo tras cada discurso de investidura y tras cada cambio de Gobierno, cuando repite el partido que ya estaba en el poder, renace una palabra que esgrime la oposición sea esta la que sea, tanto en el PSOE como en el PP.