Un sindicato alerta de un repunte de violencia en el transporte, con agresiones físicas y amenazas verbales constantes, y reclama mamparas de protección y sistemas de auxilio para proteger a los conductores.
Las antiguas instalaciones de la ikastola Jaso en Pamplona, abandonadas hace dos décadas, han sido el escenario este fin de semana de una batalla campal que se ha saldado con un herido, dos detenidos y 45 identificados. En la actualidad, el antiguo colegio se encuentra ocupado por multitud de personas sin hogar. Y no es la primera vez que se convierte en el escenario de una pelea multitudinaria. Por ese motivo, la Policía Municipal de Pamplona ha establecido un dispositivo de vigilancia. En este enlace puedes leer la noticia completa.
La Policía Foral acudió en apoyo de la Policía Municipal de Pamplona e identificó a 45 personas que se encontraban en ese momento en las instalaciones.
El Departamento de Salud ha considerado prioritario la necesidad de cuidar a sus profesionales y ha recordado la importancia que tiene notificar cualquier tipo de agresión que se produzca en el entorno laboral.
Para evitar que las agresiones se sigan incrementando en el entorno sanitario, el Colegio de Médicos de Navarra ha instado a una firme tolerancia cero frente a cualquier forma de violencia.
El detenido fue trasladado a dependencias policiales para ser puesto a disposición judicial y el Juzgado de Violencia sobre la Mujer se hará cargo del caso.
La Asociación Kattalingorri ha denunciado que durante los primeros diez días del mes de mayo se han producido tres agresiones físicas en Pamplona a personas del colectivo LGTBI.
El motorista fue detenido por atentado contra la autoridad, resistencia, desobediencia, daños y conducción temeraria con manifiesto desprecio por la vida de los demás.
En Navarra, durante el año 2023, 164 facultativos comunicaron al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Servicio Navarro de Salud alguna agresión.
La Policía Local de esta localidad de Navarra también se encuentra inmersa en una campaña para controlar la circulación correcta de los patinetes eléctricos.
Han sido condenados a nueve y tres meses de prisión por agredir a cuatro policías nacionales en Pamplona cuando acudieron a una intervención por altercados en un local de ocio.
Carlos Amorín falleció a consecuencia de las heridas que sufrió al ser agredido cuando trataba de mediar en una pelea en la puerta de la discoteca Totem-Dali.
"El 90 % de las agresiones son las que sufrimos en el entorno cercano, o sea, son nuestros amigos, nuestra familia, los de la cuadrilla, los del trabajo", aseguran.