- miércoles, 06 de agosto de 2025
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Los toros de José Escolar se han reservado toda la emoción para el final. Lo más peligroso del sexto encierro de San Fermín 2025, que se ha celebrado esta mañana de sábado 12 de julio, ha ocurrido en la plaza de toros, donde los astados han llegado sueltos, por delante de los cabestros, y han provocado escenas de gran terror entre los mozos, con derrotes y situaciones muy comprometidas, incluso para los dobladores.
El encierro ha tenido una duración de 2 minutos y 42 segundos, pero lo cierto es que los toros estaban mucho antes en la plaza y el retraso en entrar a los corrales ha hecho que el tiempo final haya sido superior, en contraste con la rápida carrera por todo el recorrido.
Los toros de la ganadería extremeña de Jandilla no han hecho honor a la fama que les precede y han protagonizado un encierro complicado de correr y, por supuesto, peligroso. El balance provisional de heridos habla de cinco corredores heridos, todos ellos por contusiones, que han sido trasladados a diferentes centros hospitalarios.
La carrera ha tenido una duración de 2 minutos y 19 segundos en los que la manada ha volado sobre el suelo pamplonés a una velocidad de vértigo.
Los seis toros de Miura que correrán el último encierro de San Fermín 2025, el próximo 14 de julio, ya han llegado a los corrales del Gas de la Rochapea, donde pueden ser visitados por los aficionados. Procedentes de la mítica ganadería sevillana, han causado impacto por su imponente presencia y trapío. Estos astados serán lidiados por la tarde en la Plaza de Toros de Pamplona por los diestros Manuel Escribano, Damián Castaño y Jesús Enrique Colombo. Puedes ver a continuación todos los toros con sus datos, nombres y peso.
La suelta de vaquillas posterior al encierro que cada día se ofrece como espectáculo en la plaza de toros ha podido terminar en tragedia. Según informan desde la enfermería de plaza, dos mozos han sido trasladados al Hospital Universitario de Navarra por sendos traumatismos craneales con pérdida de conciencia.
Atléticos y musculados, los toros de Victoriano del Río se dejaron ver este miércoles por la noche en el tradicional encierrillo. Los astados, como manda la tradición, fueron trasladados de víspera desde los corrales del gas hasta los de Santo Domingo, donde han esperado hasta las 8:00 de la mañana de este jueves para participar en el encierro de Pamplona.
Del 7 al 14 de julio, los fosos del parque de la Media Luna de Pamplona volverán a llenarse de deporte y diversión con el espacio Kirolari – Sport Kids, una de las propuestas más activas y familiares de los Sanfermines. Organizado por el Ayuntamiento de Pamplona con la colaboración de 19 federaciones deportivas navarras, este rincón deportivo está pensado para niños, niñas y adolescentes de entre 8 y 14 años, y ofrece cada día la posibilidad de practicar múltiples disciplinas en un entorno seguro, saludable y gratuito.
Peligrosísimo encierro de protagonizado por la ganadería gaditana de Cebada Gago en el segundo encierro de las fiestas de San Fermín. El toro número 23, de nombre Caminante, se ha quedado rezagado y ha hecho la mitad del recorrido en solitario sembrando el pánico en la calle Estafeta y los tramos de Telefónica y el callejón de la plaza.
La carrera, que ha tenido una duración total de 5 minutos y 22 segundos, ha comenzado con los cabestros a toda velocidad, muy por delante de la manada. Tras un paso fulgurante por la cuesta de Santo Domingo, la manada se ha reagrupado en la plaza del Ayuntamiento. Desde ahí, Caminante se ha convertido en protagonista. Mientras sus hermanos se dirigían en fila de a uno hacia la plaza de toros sin mayor problema, el astado de Cebada perdía las manos y se giraba en la calle Estafeta.
Con ayuda de los mozos le han dado la vuelta y desde ahí, en un lento trote ha seguido la inercia de la carrera, pero girándose continuamente, despistándose con los corredores que encontraba en su camino y, sobre todo, embistiendo. El tramo de mayor peligro ha sido la bajada al Callejón, donde Caminante ha embestido no sólo el vallado del encierro, sino también y con violencia extrema, a los cabestros de cola.