El punto logrado en el Bernabéu tiene triple mérito: por el escenario y su dueño, por la eficacia del planteamiento a pesar de la oposición arbitral, y por la épica de remontar y lograrlo con diez en el último cuarto de hora, el agónico.
El partido se jugó en el campo del Cádiz, en su área, quizás por eso ahí llegaron los evitables errores amarillos que hicieron justicia al desfase entre ambos equipos.