“Trabajamos con nuestras manos, sin métodos invasivos. Hay que luchar, claro, pero merece la pena cuando ves a alguien salir sonriendo y relajado”, aseguran.
“Hacemos muchos elaborados que llevan su tiempo, y necesitamos personal preparado. Se presenta gente, pero no encajan en el perfil que buscamos”, aseguran.
“Estamos volcados en la cerrajería y la seguridad: colocamos puertas acorazadas, sistemas de amaestramiento de llaves, buzones, felpudos o señalítica en obra", asegura.
El secreto del éxito "es mucho trabajo y mostrar una cocina sencilla pero buena que guste a la gente y unos precios que agraden al cliente”, ha explicado.
Transmite la misma energía que el primer día. “He trabajado desde muy joven, y sigo con ganas. A por otros 25 años no sé, pero igual quince más sí”, asegura.
Su historia profesional es una sucesión de esfuerzos y aprendizajes. Llegó a Pamplona con 22 años, y su primer empleo fue como cajera en un gran supermercado.
La intervención despierta inquietud y rechazo en buena parte del vecindario, que observa cómo las máquinas levantan aceras, reducen zonas peatonales y recortan espacios ajardinados.
La emoción se trasladará a la Plaza de Toros con el tradicional Toro con Soga, que congregará a numerosos vecinos y visitantes el domingo por la tarde.