La materia prima le llega ahora de serrerías, donde recoge maderas descartadas, y el resultado son piezas pequeñas, decorativas, que sorprenden por sus formas.
En el local se respira un ambiente familiar. “Más que clientes, somos familia. Todos los días vienen los mismos y cuando fallan, les echamos de menos", asegura.
La base de todo es la calidad: “Los pollos son navarros, producto local, de proveedores de confianza de toda la vida. No le echamos nada raro", aseguran.
El negocio no sigue un calendario fijo de ventas: “No tiene estacionalidad. Va por rachas, pero se va compensando. Gracias a Dios seguimos aquí", asegura.
"Vendemos ropa de mujer de marca. Trabajamos bien y estamos contentos", subraya la dueña del establecimiento que seguirá atendiendo en el otro establecimiento de la ciudad.
Vendían también otros productos ecológicos y de cercanía como legumbres, pastas, frutos secos, cereales para desayunar, aceite de oliva, vinagres diferentes y conservas.
Los socialistas se atribuyen el mérito de los caros pasos de peatones construidos donde ya existían y que han costado seis meses de obras al os vecinos.
Por su pescadería de barrio de la capital navarra pasan estos días decenas de clientes para llenar sus mesas con su buen producto en estas fechas tan especiales.